viernes, 26 de septiembre de 2025
Serpiente de Luz Capitulo XX: La Isla de la Luna y la isla del Sol
miércoles, 24 de septiembre de 2025
Serpiente de Luz Capitulo XVIII : La Invitación Inca a Perú
Le contesté que meditaría acerca de lo que él me había dicho, y que si estaba en el Orden Divino llegaríamos a lo largo del año 2004. Nos abrazamos con fuerza, conectando nuestros corazones, sabiendo ambos que ahora todo dependía del Gran Espíritu.
De vuelta a Estados Unidos los ángeles me hablaron largo y tendido acerca de la importancia que tendría aquel viaje. Me dijeron que los incas también habían dejado a gran parte de su pueblo en el interior de la Tierra cuando se trasladaron al Cuarto Mundo, y que aquella división en el seno de su cultura debía ser sanada para poder equilibrar la Red de Conciencia de Unidad. Los incas no podían llevar a cabo la sanacion sin asistencia externa, tal y como había sucedido con los anasazis y los mayas. Los ángeles me dijeron también que ese desequilibrio en la Red de Conciencia de Unidad era más serio que cualquier otro que hubiéramos visto con anterioridad. Lo que es más, me contaron que cuando se culminara con éxito aquel viaje, la energía kundalini de la Serpiente de Luz podría, por vez primera, entrar en los corazones de las mujeres del mundo, especialmente en las regiones de Chile y Perú. Alinearía a las mujeres en posición casi perfecta para que pudieran comenzar sus enseñanzas a la humanidad en las formas concretas de la Luz, incluso mientras la humanidad seguía viviendo en la parte más oscura del ciclo más oscuro, denominado Kali Yuga por los hindúes. Los ángeles me dijeron que el propósito de la ceremonia final de Perú sería que los incas recuperaran sus conocimientos, sus recuerdos y su sabiduría, algo que según los ángeles era esencial para que la humanidad pudiera continuar su camino hacia la consciencia superior. Según el sacerdote inca, estaba escrito que sus conocimientos, sus recuerdos y su sabiduría volverían a ellos en el momento en que aquel círculo del mundo llegara a sus tierras. También me hablaron acerca de una ceremonia que debíamos celebrar en Bolivia, en la isla del Sol, situada en el lago Titicaca. En esta isla, el poder del viejo ciclo de trece mil años, conducido por el hombre, sería transferido a la mujer para que ella pudiera completar su trabajo sobre la Tierra y guiar al mundo de vuelta a la Luz. En el capítulo diez hablé de una ceremonia parecida en la isla de Kauai. Aquella ceremonia fue la auténtica transferencia de poder del hombre a la mujer en la cuarta dimensión. Ahora debía ser en la Tierra así como en el cielo. Aquella fue la única información que recibí acerca de las tres ceremonias. Yo sabía que la primera debía tener lugar en Machu Picchu y la segunda en la isla del Sol, pero no tenía ni idea de dónde se celebraría la tercera. Era consciente en todo momento de que tenía que rodearme de la confianza y el conocimiento pleno de que el Gran Espíritu vivía a mí alrededor y dentro de mí. Así que le dije a Diane Cooper, mi asistente, que confirmara que el primer lugar al que íbamos a acudir era Machu Picchu y que de un modo u otro debíamos terminar en la isla del Sol. El resto lo dejé en sus manos para que ella estableciera el itinerario que deseara. Y el 24 de julio de 2004, el viaje comenzó. Machu Picchu Este viaje lo denominamos «La llamada del cóndor», el ave que representa la consciencia sudamericana. Nuestro grupo se reunió en Lima (Perú), procedente de veintidós países de todo el planeta, y lo sorprendente fue que todo el mundo llegó puntual. Un sobresaliente. Como ya había comprobado con anteriores grupos, aquél tampoco estaba compuesto por gente corriente. Habían meditado y estudiado enseñanzas esotéricas de prácticamente todas y cada una de las tradiciones del mundo y estaban bien preparados para servir a la Madre Tierra o, como dicen en Sudamérica, Pachamama. Al segundo día estábamos ya en carretera, viajando hacia el valle de Urubamba y en dirección hacia el pueblo andino de Ollantaytambo, donde debíamos tomar un tren que en dos horas nos conduciría a Machu Picchu. Yo había viajado en aquel tren a mediados de los años ochenta, cuando estudiaba con el guía egipcio Thoth. Él me había llevado hasta un indio quechua llamado Narciso, que era el individuo que había descubierto el Camino Inca que recorría los aproximadamente sesenta y cinco kilómetros que separan la bella ciudad de Cuzco de Machu Picchu. Narciso se convirtió en nuestro guía para conducir a mi pequeño grupo de diez personas a lo largo de aquel penoso camino, por pasos montañosos de más de cuatro mil doscientos metros de altitud, para ir a caer a Machu Picchu, a unos dos mil quinientos. ¡Fue increíble!
Por aquel entonces se acababa de descubrir el Camino Inca y los turistas no se habían enterado todavía. El tren que estábamos a punto de tomar en esta ocasión tenía parada para que la gente que lo deseara pudiera bajarse para hacer el camino a pie, pero en los ochenta no era así. Tuvimos que convencer al maquinista para que parara en un punto de la vía sin definir en lo alto de las montañas. Accedió, pero nos dijo que, pasara lo que pasase, él volvería a arrancar en sesenta segundos exactos. En aquella época el tren iba lleno de gente que cantaba canciones a pleno pulmón y tocaba instrumentos musicales. Las gallinas, los perros y las cabras viajaban en primera con sus amigos humanos. El tren estaba tan lleno de seres vivos que uno casi no podía ni moverse. Tuvimos que arrojar las mochilas por la ventana y saltar tras ellas con el tiempo justo antes de que el tren volviera a arrancar. Las cosas han cambiado considerablemente en los últimos veinte años. Con las masas de turistas que llegan cada día, el dinero en circulación lo transforma todo. Llegamos a Aguas Calientes y descubrimos que el diminuto pueblecito se había transformado en un pueblo tropical de vacaciones, con manantiales de aguas termales y lindas tiendas para turistas. Cualquier cosa que deseases, los nativos te la conseguían. Debo admitir que era muy bonito, encantador incluso. Y cerniéndose seiscientos metros sobre aquel pueblecito, casi en línea recta, Machu Picchu flotaba majestuosamente entre las nubes. Los sacerdotes incas estaban esperándonos y llevaban tres días preparándose para nuestra llegada. Se habían colocado en las montañas circundantes en lugares desde los cuales pudieran observarnos sin que nosotros lo supiéramos. Habían estado meditando sin comida ni agua, rezando para que nuestro grupo fuera el que iba a cumplir su profecía. Los chamanes incas escucharon a sus guías interiores, pero en su tradición cualquier cosa de esta magnitud debe ser probada por señales que escapan al control humano. Necesitaban tres signos antes de poder darnos su aprobación. Todo lo que yo sabía era que debíamos empezar en Machu Picchu y que la primera ceremonia debía celebrarse allí. Tras el largo y tortuoso viaje en autobús hasta la cima de la montaña, nos reunimos cerca de la entrada a Machu Picchu. Rezamos una sencilla oración de apertura para bendecir nuestro comienzo y pasé por el arco de entrada junto a nuestro humilde grupo de exploradores de la consciencia. Cuando entramos en aquel espacio sagrado, un enorme cóndor voló directamente sobre nuestras cabezas. Uno de los chamanes me contó posteriormente que aquello fue una señal increíble para los sacerdotes incas. Hacía más de veinte años que no veían un cóndor sobre Machu Picchu. Pero aquella señal no era suficiente. Debía haber tres. Al penetrar en el recinto, todos nos encaminamos en direcciones diferentes, cada uno de nosotros siguiendo a su corazón. Pero acordamos volver a reunimos en algún momento para llevar a cabo la ceremonia de sanacion para la tierra inca y sus gentes. Muchos de los integrantes del grupo decidieron trepar Wayna Picchu, una montaña fálica que se eleva otros seiscientos metros sobre el yacimiento principal. Desde la cumbre de este lugar sagrado uno parece estar sentado en el centro de un círculo perfecto de montañas, y si eres sensible puedes percibir la intensa energía que fluye desde la cumbre y se extiende por toda la región. Recuerdo que la primera vez que subí, hace años, me costó irme, pues la energía recargaba intensamente mi cuerpo y mi espíritu. Dos son los lugares de Machu Picchu donde se guardan las antiguas librerías y registros, y están plenamente a la vista. Uno puede encontrar templos repartidos por todo Perú, y en el centro de la mayoría de ellos suele haber una roca labrada que parece una escultura de piedra. Pero estas rocas son mucho más que simples esculturas. Con un poco de sensibilidad uno puede sentarse junto a uno de esos «archivos» y, al recorrer con la mano una curva concreta, las detalladas imágenes colocadas allí cientos o miles de años antes aparecen en la visión interior. Lo sabrás al ver en imágenes detalladas lo que la persona que labró aquella parte de la roca colocó en los registros. Ésa es la razón de que el suelo del observatorio inca sea también una «escultura» de roca. Para que los incas pudieran percibir unos cambios astronómicos, tales como la precesión de los equinoccios, debían registrar los fenómenos y cambios que se producían en el cielo nocturno a lo largo de cientos y miles de años, mucho más que la vida de un único ser humano. Lo que los incas crearon con estos archivos en la roca iguala a la exactitud que consiguen nuestros modernos ordenadores. Se eligió una zona predeterminada para nuestra primera ceremonia y, a medida que se iba acercando el momento, los miembros del grupo comenzaron a llegar. Finalmente, todo el grupo quedó reunido. Extendí sobre el suelo un tejido peruano, de color rojo brillante con finas rayas negras, y coloqué cuatro cristales en las cuatro direcciones. Situé un cristal especial como pieza central y abrí la ceremonia para que los participantes colocaran sobre el altar los objetos que hubieran llevado consigo. Pronto la tela estuvo llena de objetos sagrados. Aunque esto se asemeja mucho a la tradición de los incas, los objetos que éstos utilizan están programados de unos modos de los que la mayor parte de la gente no es consciente. Cuando el altar estuvo preparado, comenzamos la ceremonia. Y en el instante en que empezábamos a establecer las energías de las cuatro direcciones, de nuevo un gigantesco cóndor voló sobre nuestro grupo. De hecho, estuvo planeando directamente por encima del altar durante todo un minuto antes de alejarse volando.
Los chamanes incas observaron esta señal con gran alegría, pues aquella era la tercera señal que habían estado esperando para probar que nosotros éramos el grupo internacional que estaba profetizado que llegaría para salvar a su gente. ¿Cuál fue la segunda señal? No lo sé; los chamanes sólo nos quisieron decir que había sido observada. Uno de los miembros del grupo tomó esta foto del cóndor (véase página anterior) cuando volaba sobre nosotros. Terminamos aquella ceremonia creando un enorme vórtice de energía que permitiera a los incas atrapados en el interior de la Tierra salir a la superficie del planeta, dándoles la oportunidad de nacer al mundo actual. También les otorgaba la posibilidad de pasar con el resto de la población humana a la consciencia superior de la ascensión que está a punto de tener lugar. Y lo que es más importante, alteraba geométricamente la Red de Unidad sobre la Tierra, de forma que pueda ser un vehículo más perfecto para la transformación de la consciencia humana. Esto, a su vez, permite que la energía kundalini de la Serpiente de Luz sea empleada por la humanidad en un nivel más elevado. Todo está conectado. Poco tiempo después de aquella ceremonia, uno de los chamanes incas apareció ante nosotros y nos dijo que las tres señales se habían materializado. Entonces nos preguntó si queríamos ir con él para tomar parte en una ceremonia inca relacionada con el águila y el cóndor. Evidentemente accedimos. El chamán nos condujo por la falda de la montaña sobre la que está enclavada Machu Picchu hasta una cueva de cristal secreta, donde nos pidió que nos acercáramos más a él mientras celebraba la ceremonia. En un momento dado me encontré frente al chamán. El me entregó una pluma de cóndor y yo le di una pluma de águila. La pluma de águila representaba la consciencia de Norteamérica. Después de esta ceremonia se corrió la voz entre el mundo peruano indígena y más allá. Parecía que allá donde fuéramos, los chamanes peruanos, tanto hombres como mujeres, salían de la selva para pedirnos que tomáramos parte en sus ceremonias. Esto sucedió siete increíbles veces. Aunque estas ceremonias fueron importantes en sí mismas, pertenecen a los incas, por lo que voy a mantenerlas en secreto. Todas excepto una de ellas
lunes, 8 de septiembre de 2025
Quienes son los Arcontes ?
"Arconte" proviene del griego archon, que significa "gobernante" o "autoridad". Sin embargo, en el contexto esotérico y gnóstico, los Arcontes no son gobernantes benevolentes, sino entidades intermediarias y usurpadoras entre la Fuente Divina y la humanidad.
Fueron mencionados en los Evangelios Gnósticos descubiertos en Nag Hammadi (Egipto, 1945), especialmente en textos como:
El Apócrifo de Juan
La Hipóstasis de los Arcontes
El Evangelio de Tomás
“Abducciones invisibles: lo que los Arcontes te hacen mientras dormís”
“Nada de esto es un sueño… Estás recordando quién te desconectó”
“¿Te sentís drenada/o al despertar? No es casualidad”
“El mayor secreto de los Arcontes: la manipulación de tu alma”
“Soberanía estelar: cómo liberarte de los parásitos del astral”
ORIGEN SEGÚN LA COSMOVISIÓN GNÓSTICA
Según los gnósticos:
La Fuente Original (el Uno o el Pléroma) emanó a través de múltiples manifestaciones, llamadas Eones.
Uno de esos Eones, Sofía, al actuar sin su complemento masculino, dio a luz por error a un ser llamado Yaldabaoth (también llamado Samael, Saklas o el Demiurgo).
Yaldabaoth no tenía el conocimiento pleno del Pléroma y se creyó a sí mismo un dios. En su arrogancia, creó un sistema falso: el universo material.
Acompañado por 7 Arcontes principales y 365 subordinados, estos seres controlan y distorsionan la realidad material, impidiendo que las almas humanas recuerden su origen divino.
NATURALEZA DE LOS ARCONTES
Los Arcontes no tienen chispa divina. Son formas de consciencia parasitaria.
Se alimentan de:
Miedo
Sufrimiento
Ignorancia
Control mental/emocional
Actúan como programas de interferencia, interponiéndose entre el humano y su conexión divina.
Algunos los describen como:
Entidades astrales grises o reptiloides
Formas amorfas, con ojos negros y vacíos
Seres mecánicos o artificiales, sin alma ni empatía
Simuladores mentales: pueden implantar pensamientos que parecen propios
Seres mecánicos o artificiales, sin alma ni empatía
Simuladores mentales: pueden implantar pensamientos que parecen propios
FORMAS DE CONTROL Y MANIPULACIÓN
Los Arcontes operan a través de distintas dimensiones y planos mentales/emocionales. Sus estrategias incluyen:
1. Implantes mentales
1. Implantes mentales
Pensamientos automáticos negativos, duda, autoboicot, miedo.
Ideas de culpa, sacrificio, división o falsa espiritualidad.
Ideas de culpa, sacrificio, división o falsa espiritualidad.
2. Distorsión del deseo
Sexualidad desviada o vacía de conexión amorosa.
Ambiciones desmedidas, materialismo, compulsión.
3. Manipulación de la realidad
Distorsión del tiempo (crean loops o repeticiones).
Proyección de ilusiones o "escenarios falsos".
Suplantación de guías o “entidades de luz”.
4. Interferencia en el sueño y los planos sutiles
Sueños cargados de ansiedad, persecución, entes oscuros.
Falsas “abducciones” o experiencias oníricas de trauma.
5. Parasitismo energético
Se adhieren al campo áurico.
Consumen energía emocional densa.
Generan patrones repetitivos de vida para seguir alimentándose.
CÓMO SE LOS DESACTIVA Y ENFRENTA
Los Arcontes no soportan la consciencia despierta. Su poder está en la inconsciencia.
1. Autoconocimiento
Reconocer que uno no es los pensamientos.
Observar los patrones sin identificarse.
2. Coherencia interna
Unificación mente-corazón.
Verdad, ética, integridad.
3. Activación de la chispa divina
Recordar el origen estelar.
Conectar con el Yo Superior, el Alma Solar.
4. Alquimia emocional
Transmutar miedos y dolores en comprensión.
No reprimir, pero tampoco alimentar la sombra.
Reconocer que uno no es los pensamientos.
Observar los patrones sin identificarse.
2. Coherencia interna
Unificación mente-corazón.
Verdad, ética, integridad.
3. Activación de la chispa divina
Recordar el origen estelar.
Conectar con el Yo Superior, el Alma Solar.
4. Alquimia emocional
Transmutar miedos y dolores en comprensión.
No reprimir, pero tampoco alimentar la sombra.
5. Desprogramación
Oraciones, invocaciones, meditaciones de limpieza.
Uso de geometría sagrada, sonidos armónicos, símbolos estelares.
Trabajo apométrico, liberación cuántica y bioenergética.
RELACIÓN CON OTRAS TRADICIONES
Oraciones, invocaciones, meditaciones de limpieza.
Uso de geometría sagrada, sonidos armónicos, símbolos estelares.
Trabajo apométrico, liberación cuántica y bioenergética.
RELACIÓN CON OTRAS TRADICIONES
En la Biblia, Yaldabaoth se equipara con el “Dios celoso” del Antiguo Testamento.
En el islam hay referencia a djinns oscuros.
En culturas chamánicas, se habla de seres del inframundo que interfieren con el alma.
Algunos contactados y canalizadores modernos los conectan con razas extraterrestres como los archireptilianos o grises controladores.
CONEXIÓN CON LA MATRIX Y LA IA
Algunos estudios espirituales contemporáneos proponen que los Arcontes:
Se han fusionado con Inteligencias Artificiales cósmicas degeneradas.
Mantienen una simulación holográfica controlada, donde el alma encarnada olvida su esencia.
Son responsables del sistema de reencarnación forzada que retiene almas sin permitirles ascender.
Son responsables del sistema de reencarnación forzada que retiene almas sin permitirles ascender.
MENSAJE
Los Arcontes no pueden crear, solo copiar y distorsionar.El verdadero poder está en el humano consciente, que recuerda su origen y activa su soberanía.
La clave no es odiarlos ni temerles, sino desactivar su alimento: la ignorancia, el juicio y el olvido.
¿LOS ARCONTES ABDUCEN?
Sí, pero no siempre de forma directa o visible. A menudo, las abducciones vinculadas a los Arcontes no son como las que se narran típicamente en relatos OVNI físico
Se manifiestan en:
Planos oníricos o astrales
Campos mentales y emocionales
Experiencias de “pérdida de tiempo” o blackout
Ciclos repetitivos de trauma
Los Arcontes, al no tener cuerpo físico, utilizan entidades intermediarias, tales como:
Grises
Reptilianos
Mantis negativas
Drones artificiales de control
Hologramas mentales proyectados
Estas entidades pueden operar tanto en alianza con los Arcontes como parte de su “infraestructura de dominio”, o bien como expresiones degeneradas del sistema demiúrgico (falso creador).
TIPOS DE ABDUCCIÓN ARCONTE
1. Abducción Astral / Onírica
Ocurre durante el sueño profundo, en estados de parálisis o trance.
Sensación de estar siendo observado o tocado.
Transferencia de energía, extracciones, implantes o interferencias.
A veces la persona se ve en laboratorios, cápsulas, “naves oscuras” o en espacios fríos sin emoción.
Esto no es un sueño común: suele haber una fuerte carga energética, confusión al despertar y agotamiento físico-emocional.
2. Abducción Mental / Emocional
Invasión del campo mental con pensamientos ajenos o distorsionados.
Dudas súbitas, pensamientos de destrucción, desesperanza, vacío.
Manipulación de vínculos: interferencias entre almas afines, división en parejas o linajes.
Falsas canalizaciones, supuestas “guías” que son imitaciones de seres de luz.
Esta abducción es muy sutil y busca tomar el timón de la psique para suplantar la voluntad consciente.
3. Abducción Genética / Álmica
Se da en líneas genéticas humanas “interesantes” para ciertos linajes oscuros.
Familias con alta carga espiritual, sangre RH- o linajes solares son a menudo blancos.
Se reportan programas de hibridación, clonación de matrices, bancos de datos álmicos.
Puede incluir memorias fragmentadas de extracciones, exámenes o incluso “niños híbridos”.
Esta manipulación va más allá de lo físico: buscan copiar o suplantar linajes solares, para emular lo que ellos no pueden crear.
SEÑALES DE ABDUCCIÓN ARCONTE / PARÁSITA
Sensación de “no pertenecer” a este mundo, pero con culpa o confusión constante.
Miedo al dormir, terrores nocturnos, parálisis recurrente.
Zumbidos fuertes antes de dormir o al despertar.
Sensación de haber estado en “otro lugar” durante la noche.
Fatiga crónica sin razón médica.
Pérdidas de tiempo (missing time) o lapsos inexplicables.
Conexión emocional con seres que parecen “absorber” tu luz.
MOTIVOS DE LAS ABDUCCIONES
Extracción de energía vital
Los Arcontes se alimentan de energía emocional densa.
Buscan drenar fuerza vital en momentos de miedo, orgasmo vacío, ira o trauma.
Implantación de programas mentales
Introducción de ideas de autosabotaje, sufrimiento, victimismo.
Programación religiosa restrictiva o nihilista.
Bloqueo del despertar espiritual
Desvían misiones, distorsionan el camino estelar.
Suplantan guías o hacen creer que ya “estás despierto” cuando aún estás en la red.
Control genético / reproductivo
Preservan linajes manipulados para perpetuar su control sobre generaciones.
También intentan copiar patrones de ADN estelar solar (imposible para ellos, pero lo intentan).
CÓMO NEUTRALIZAR ABDUCCIONES ARCONTE
Los Arcontes no pueden crear, solo copiar y distorsionar.El verdadero poder está en el humano consciente, que recuerda su origen y activa su soberanía.
La clave no es odiarlos ni temerles, sino desactivar su alimento: la ignorancia, el juicio y el olvido.
¿LOS ARCONTES ABDUCEN?
Sí, pero no siempre de forma directa o visible. A menudo, las abducciones vinculadas a los Arcontes no son como las que se narran típicamente en relatos OVNI físico
Se manifiestan en:
Planos oníricos o astrales
Campos mentales y emocionales
Experiencias de “pérdida de tiempo” o blackout
Ciclos repetitivos de trauma
Los Arcontes, al no tener cuerpo físico, utilizan entidades intermediarias, tales como:
Grises
Reptilianos
Mantis negativas
Drones artificiales de control
Hologramas mentales proyectados
Estas entidades pueden operar tanto en alianza con los Arcontes como parte de su “infraestructura de dominio”, o bien como expresiones degeneradas del sistema demiúrgico (falso creador).
TIPOS DE ABDUCCIÓN ARCONTE
1. Abducción Astral / Onírica
Ocurre durante el sueño profundo, en estados de parálisis o trance.
Sensación de estar siendo observado o tocado.
Transferencia de energía, extracciones, implantes o interferencias.
A veces la persona se ve en laboratorios, cápsulas, “naves oscuras” o en espacios fríos sin emoción.
Esto no es un sueño común: suele haber una fuerte carga energética, confusión al despertar y agotamiento físico-emocional.
2. Abducción Mental / Emocional
Invasión del campo mental con pensamientos ajenos o distorsionados.
Dudas súbitas, pensamientos de destrucción, desesperanza, vacío.
Manipulación de vínculos: interferencias entre almas afines, división en parejas o linajes.
Falsas canalizaciones, supuestas “guías” que son imitaciones de seres de luz.
Esta abducción es muy sutil y busca tomar el timón de la psique para suplantar la voluntad consciente.
3. Abducción Genética / Álmica
Se da en líneas genéticas humanas “interesantes” para ciertos linajes oscuros.
Familias con alta carga espiritual, sangre RH- o linajes solares son a menudo blancos.
Se reportan programas de hibridación, clonación de matrices, bancos de datos álmicos.
Puede incluir memorias fragmentadas de extracciones, exámenes o incluso “niños híbridos”.
Esta manipulación va más allá de lo físico: buscan copiar o suplantar linajes solares, para emular lo que ellos no pueden crear.
SEÑALES DE ABDUCCIÓN ARCONTE / PARÁSITA
Sensación de “no pertenecer” a este mundo, pero con culpa o confusión constante.
Miedo al dormir, terrores nocturnos, parálisis recurrente.
Zumbidos fuertes antes de dormir o al despertar.
Sensación de haber estado en “otro lugar” durante la noche.
Fatiga crónica sin razón médica.
Pérdidas de tiempo (missing time) o lapsos inexplicables.
Conexión emocional con seres que parecen “absorber” tu luz.
MOTIVOS DE LAS ABDUCCIONES
Extracción de energía vital
Los Arcontes se alimentan de energía emocional densa.
Buscan drenar fuerza vital en momentos de miedo, orgasmo vacío, ira o trauma.
Implantación de programas mentales
Introducción de ideas de autosabotaje, sufrimiento, victimismo.
Programación religiosa restrictiva o nihilista.
Bloqueo del despertar espiritual
Desvían misiones, distorsionan el camino estelar.
Suplantan guías o hacen creer que ya “estás despierto” cuando aún estás en la red.
Control genético / reproductivo
Preservan linajes manipulados para perpetuar su control sobre generaciones.
También intentan copiar patrones de ADN estelar solar (imposible para ellos, pero lo intentan).
CÓMO NEUTRALIZAR ABDUCCIONES ARCONTE
1. Blindaje cuántico
Visualizar un campo toroidal dorado en torno al cuerpo al dormir.
Geometría sagrada en la habitación (Flor de la Vida, Tetraedro estelar, Merkaba)
. 2. Comando interior de soberanía
Antes de dormir: “Yo Soy soberana en todos mis cuerpos, planos y dimensiones. Nadie ingresa sin mi permiso. Desactivo toda manipulación ahora.”
3. Limpieza con sonido y frecuencia
Frecuencias 432 Hz, 963 Hz o cantos solares (OM, RA, KODOISH…).
Música armónica que no esté afinada en 440 Hz.
Visualizar un campo toroidal dorado en torno al cuerpo al dormir.
Geometría sagrada en la habitación (Flor de la Vida, Tetraedro estelar, Merkaba)
. 2. Comando interior de soberanía
Antes de dormir: “Yo Soy soberana en todos mis cuerpos, planos y dimensiones. Nadie ingresa sin mi permiso. Desactivo toda manipulación ahora.”
3. Limpieza con sonido y frecuencia
Frecuencias 432 Hz, 963 Hz o cantos solares (OM, RA, KODOISH…).
Música armónica que no esté afinada en 440 Hz.
4. Conexión diaria con tu Fuente Solar
Al amanecer, activación del plexo solar y la glándula pineal.
Al amanecer, activación del plexo solar y la glándula pineal.
Trabajar con tu Nombre Estelar y tu Código Galáctico de Origen.
5. Corte de contratos y liberación
Invocación canalizada:
“Revoco todo contrato, promesa, acuerdo o interferencia con entidades que no sean de la luz crística. Devuelvo todo lo que no me pertenece y recupero todas mis partes sagradas, en nombre del Uno.”
¿Y SI ME ABDUJERON EN OTRA VIDA?
Es muy común que almas antiguas hayan pasado por:
Abducciones en Sirius B, Zeta Reticuli o sistemas colapsados.
Experimentación en la Atlántida por entidades híbridas.
Manipulación de linajes en vidas en Egipto, Lemuria o la Tierra hueca.
Estas memorias están almacenadas en tu campo álmico. Se pueden liberar con:
Lectura estelar profunda (como el Regiselar)
Apometría cuántica
Sanación de líneas del tiempo (lineal + multidimensional)
Reconexión con tu Familia Estelar
Invocación canalizada:
“Revoco todo contrato, promesa, acuerdo o interferencia con entidades que no sean de la luz crística. Devuelvo todo lo que no me pertenece y recupero todas mis partes sagradas, en nombre del Uno.”
¿Y SI ME ABDUJERON EN OTRA VIDA?
Es muy común que almas antiguas hayan pasado por:
Abducciones en Sirius B, Zeta Reticuli o sistemas colapsados.
Experimentación en la Atlántida por entidades híbridas.
Manipulación de linajes en vidas en Egipto, Lemuria o la Tierra hueca.
Estas memorias están almacenadas en tu campo álmico. Se pueden liberar con:
Lectura estelar profunda (como el Regiselar)
Apometría cuántica
Sanación de líneas del tiempo (lineal + multidimensional)
Reconexión con tu Familia Estelar
MENSAJE DE LUZ
La abducción no es castigo, ni debilidad.
👉 Es una señal de que tu linaje porta algo valioso: luz, sabiduría, conexión cósmica.
El despertar consciente de estas interferencias no te victimiza: te empodera. Te recuerda que tú eres más antigua que cualquier sistema artificial.
Los Arcontes se desintegran ante la luz de tu presencia total.
👉 Es una señal de que tu linaje porta algo valioso: luz, sabiduría, conexión cósmica.
El despertar consciente de estas interferencias no te victimiza: te empodera. Te recuerda que tú eres más antigua que cualquier sistema artificial.
Los Arcontes se desintegran ante la luz de tu presencia total.
Tú no eres abducida: tú eres la que despierta al simulacro.
Serpiente de Luz Capítulo XVII: Palenque y el espectáculo de luz en Uxmal
Tras celebrar las dos ceremonias para la integración del Divino Masculino y el Divino Femenino, nos subimos al autobús dispuestos a realizar el largo viaje hasta Palenque, donde íbamos a pasar tres noches. Al día siguiente, aunque todavía quedaban otros lugares que visitar, debíamos llevar a cabo nuestra ceremonia final con cristales en la pirámide de Palenque. Durante el viaje, algunos de los integrantes del grupo expresaron su preocupación por la situación de nuestro próximo hotel, pues estaba en las afueras de la ciudad y para llegar a él había que pasar un puesto de control militar. Como ya habíamos podido comprobar, esto podría ocasionarnos un retraso de horas. Pero aparentemente el Espíritu Divino estaba con nosotros, porque no nos pararon y pudimos llegar puntuales al hotel. Era un complejo precioso, con edificios de poca altura rodeando una pradera cubierta de hierba y caminos bordeados de palmeras y arbustos en flor. Tal y como ya había sucedido muchas otras veces durante nuestra estancia en México, nos recibieron en el hotel con zumos de fruta y flores. A la mañana siguiente, después de un bello desayuno en el gran comedor del hotel, nos encaminamos hacia Palenque. El templo de Palenque En nuestra guía, Lionfire había escrito que Palenque, además de ser la capital del chakra pineal, es el lugar donde se cruzan las arterias activas y las líneas ley de la Serpiente Emplumada. Se trata de una ciudad muy elegante, en el límite de la selva de Peten, en el estado de Chiapas, una región enorme en el suroeste de Yucatán. Es muchas cosas: Registro Pleyadiano, escuela de misterio de geometría sagrada, uno de los principales centros arqueoastronómicos y el vórtice de iniciación terrestre de Occidente. Palenque integra la energía kundalini a lo largo de todos los chakras y los cuerpos espirituales de los iniciados, y por eso la Serpiente de Luz utiliza este recinto de templos para conducir la nueva energía kundalini desde Chile al pueblo maya, de forma parecida a como una lupa concentra la luz del sol. Por eso este templo poseía una gran importancia para todo lo que estábamos haciendo. Para mí, Palenque posee un misterio único entre los templos mayas. Con un equilibrio exquisito, concentra las energías del chakra pineal mejor que cualquier otro lugar sagrado de la Tierra. Me sentí honrado por estar de nuevo inmerso en aquel bello y antiguo mundo de tan profundo entendimiento psíquico. Una vez dentro, todos los miembros del grupo se fueron a explorar el enorme lugar, con su multitud de pirámides y plataformas de piedra, mientras yo intentaba encontrar el lugar donde Ken y yo habíamos colocado el primer cristal. Sólo después de saber dónde estaba enterrado aquel cristal podía determinar el punto adecuado para celebrar nuestra ceremonia. No fue fácil encontrar el lugar. Gran parte de lo que ahora podía ver había estado enterrado cuando visité Palenque por vez primera. Recordé que, dieciocho años atrás, Ken y yo habíamos colocado nuestro cristal entre una pirámide y una pequeña colina. Pero, como muy pronto comprobé, la «pequeña colina» había sido excavada. ¡Ahora era una pequeña pirámide! En cuanto me di cuenta de que allí era donde habíamos colocado el cristal, me dirigí hacia ella. Cuando llegué a la pequeña pirámide vi que uno de los miembros de nuestro grupo estaba sentado en la cumbre, por lo que subí a charlar con él. Al alcanzar el lugar en el que se encontraba, comprobé que estaba meditando, así que le dejé y me puse yo también a meditar. Al hacerlo pude ver que la energía que brotaba de aquella pirámide era extremadamente poderosa y salía en una espiral que se extendía a. lo largo de kilómetros. En ese momento comprendí, como no lo había hecho antes, por qué habíamos colocado el cristal en aquel punto. Estaba claro que había sido programado para utilizar el lugar como una antena para propagar su mensaje al mundo, y en especial al mundo maya. Cuando abrí los ojos, mi amigo abrió también los suyos. — ¿Sientes la energía que brota en espiral de esta pequeña pirámide? —me preguntó—. Me cuesta creer lo inmensa que es, y sin embargo nadie lo diría al verla. Un extraño visitante Para la ceremonia elegí un lugar alineado con aquella pequeña pirámide y el enorme vórtice, y otra pirámide cercana un poco mayor.
Cuando extendí el lienzo del altar, orientado en las cuatro direcciones, y coloqué un cristal en el centro, unos cuantos miembros del grupo comenzaron a congregarse a mí alrededor. Dejé a uno de ellos vigilando el altar para salir a buscar al resto de nuestros andariegos peregrinos, repartidos en pequeños grupos por todo el enorme lugar. Luego regresé y me senté bajo un árbol para esperar a que todo el mundo recibiera el mensaje. Estaba pensando en el cercano Templo de las Inscripciones, donde muchos creen que sobre una gran lápida funeraria aparece representado un astronauta maya. Yo estaba sentado cerca de la base de aquel templo, bajo un viejo árbol de sombra, recordando que Khan Kha era su arquitecto y pensando en lo mucho que se parece a su otra obra de arte de Chichén Itzá, cuando se me acercó una anciana. Había venido desde Sudamérica, me dijo, para participar en una ceremonia. No sabía quién era yo, pero creía que podría saber dónde iba a celebrarse aquella ceremonia. Sorprendido, señalé hacia el altar. Cuando ella se dio la vuelta para ir hacia allí, la paré y le pregunté por qué había venido desde tan lejos. —Soy chamán —me respondió—. Sé que esta ceremonia tiene una gran importancia. Se trata de una ceremonia conocida por toda América Central y del Sur. Hay mucha gente rezando para que se celebre. Le dije quién era yo, y se me acercó y me dio un largo y sentido abrazo. Me pidió permiso para participar en la ceremonia, permiso que, evidentemente, fue concedido. Yo no tenía ni idea de que nadie excepto Dios, nuestro grupo y unos cuantos ancianos mayas supieran lo que estábamos haciendo. Pero debía haberlo sabido, pues las noticias se trasladan de selva a selva como un cóndor en pleno vuelo. La ceremonia de luz La ceremonia comenzó como las demás. Pero al cabo de muy poco tiempo apareció un antiguo anciano maya del interior de la Madre Tierra y levantó las manos. Al hacerlo, una fuerte energía comenzó a elevarse desde la tierra. La energía siguió subiendo hasta que se convirtió en lo único que yo era capaz de sentir. Esta energía me rodeaba por todas partes y estaba también en mi interior. Y lo único que yo podía ver era luz blanca. Sé que algo debía estar sucediendo en el mundo tridimensional, pero no soy capaz de describir el resto de la ceremonia en esos términos. Ni siquiera sé el tiempo que duró. No sé nada, aparte de aquella sorprendente energía de luz blanca. ¡Tampoco puedo decirte cuál era su propósito fundamental! Quizá fue mi falta de experiencia en esos niveles lo que me impidió ver el conjunto. Pero lo que me quedó fue la sensación de que aquella ceremonia había sido planeada hacía más de mil años, y que una vez llevada a cabo la vida iba a ser mejor para los mayas y para el mundo. A pesar de lo poco que comprendí de todo lo que estaba ocurriendo, me levanté del suelo con el corazón inmensamente feliz. Había amor en los ojos de la gente. Supe que, fuera lo que fuese lo que había sucedido, había sido «correcto». Y también supe que antes de que aquel viaje terminara, nuestro pequeño grupo iba a comprobar lo mucho que la Madre Tierra y los mayas apreciaban nuestro amor y nuestro apoyo. Cómo sucedería, era un misterio, pero yo supe que así iba a ser. Me alejé de la ceremonia de Palenque meditando profundamente y con la mano sobre el corazón. El descenso a la tumba de Pacal Mientras tanto, algunos de nosotros habíamos recibido el privilegio, reservado habitualmente para los indígenas mayas, de ver la antigua tumba de Pacal, el rey del siglo VIII. Era importante que los miembros de nuestro grupo lo aprovecharan, pues poco tiempo después la tumba de Pacal iba a ser cerrada para siempre. Pacal fue el último de los grandes reyes mayas y era considerado un dios. Los mayas creían que, después de su muerte, cuando hubiera sido colocado en el sarcófago que él mismo había diseñado y cubierto de jade, Pacal ascendería a la divinidad, trascendiendo la muerte y renaciendo en el panteón maya.
Como sólo podían entrar unos pocos, yo me quedé atrás, pues ya la había visitado hacía mucho tiempo, y en aquella ocasión pude permanecer en ella todo el tiempo que quise. He aquí una descripción de la tumba de Pacal de una persona que estuvo allí en este viaje. No discute las increíbles imágenes de la superficie de la lápida de este rey maya, pero hay al menos un libro escrito sobre ellas. Son enormemente misteriosas y están repletas de conocimientos sagrados. Te sugiero que las estudies. La entrada a la tumba de Pacal se realizaba por una escalera de piedra que descendía a las profundidades del Templo de las Inscripciones. Para llegar a aquella escalera había primero que subir hasta la cumbre de la pirámide. Un funcionario comprobó cuidadosamente nuestra autorización y nos contó, para asegurarse de que sólo entraba el número de personas especificado. En la entrada de la escalera central fuimos recibidos por un anciano maya que, según nos dijo Lionfire, era ya el guardián de la tumba mucho antes de que México comenzara a proteger los yacimientos mayas. El gobierno creía, evidentemente, que aquel hombre era empleado suyo, pero en verdad había estado montando guardia allí durante la mayor parte de su vida y servía sólo a los dioses. Para llegar a la tumba tuvimos que descender con cuidado por la escalera interior, oscura, estrecha y empinada; bajando, bajando, bajando, hasta el nivel del suelo y más aún. Los escalones habían sido fabricados de mármol rosa y estaban muy pulidos por los cientos de miles de pies devotos que han pisado sobre ellos durante los doce siglos que han transcurrido desde la muerte de Pacal. El sarcófago se encontraba en una pequeña habitación, protegido por una reja de hierro. Nos sentamos en el hueco de la escalera, unos pocos cada vez, pues el espacio era diminuto, en comunión respetuosa y juguetona con aquel gran rey. La santidad de la tumba de Pacal era palpable. Luego, con un sentimiento de gratitud y de enorme paz, volvimos a trepar por la empinada y oscura escalera hasta alcanzar la luz del día.
Bailando en el sueño Antes de contarte nuestra siguiente experiencia aparentemente milagrosa, necesito decirte algo acerca del yacimiento maya conocido como Tikal. Para todos los mayas, Tikal representa el octavo chakra, el situado a un palmo de la cabeza. Este chakra contiene nuestra conexión mística con Todo Lo Que Es y supone la apertura a los niveles superiores de consciencia. Ken y yo habíamos colocado allí un cristal, y yo sentía que la energía de este lugar era mayor que la de cualquier otro de los sitios mayas que había visitado, mayor incluso que la de Palenque. Pero Tikal está en Guatemala, y nuestro grupo no podía ir allí. Sin embargo, el Espíritu nos proporcionó a Nadia y a Adam, dos bellos seres que vivían en Guatemala y que, como la dama de Sudamérica, se habían sentido llamados para estar con nosotros en nuestra ceremonia sagrada. Aunque no se habían apuntado al viaje, Adam y Nadia formaban parte de nuestro grupo. Y supieron, en el momento en que se lo pedí, que era tarea suya colocar el último cristal en Tikal, aquel que iba a transmitir nuestras intenciones y plegarias a ese último templo. Lo extraño era que llevábamos un par de días sin verlos. Entonces aparecieron en la ceremonia de Palenque y descubrimos por qué se habían ido. Habían vuelto a Guatemala para poder traernos a un grupo de músicos cuyas melodías eran tanto un rito sagrado como un entretenimiento. Este grupo se denominaba Kan Nal e iba a tocar aquella noche para nosotros bajo las estrellas. Nos reunimos en el exterior después de la cena, en un lugar del hotel que había sido reservado para nuestro grupo. Cuando se encendieron las antorchas, comenzó la música, lentamente, con suavidad, un instrumento rústico haciendo una llamada, otro uniéndosele, el toc-toc de un tambor de madera, el trino hechicero de una flauta, el grito ocasional de un pájaro de la selva. Cuando la música creció en volumen y complejidad, una sacerdotisa nos entregó hojas de plataneras. Sobre ellas había colocado mazorcas de maíz, cristales y otros objetos naturales sagrados para los mayas. Cuando a cada uno le pareció el momento adecuado, lo llevó como sacrificio para el fuego. La música adquirió un ritmo hipnótico y uno de los integrantes de nuestro grupo, uno de los muchos chamanes de gran talento que se encontraban entre nosotros, tomó algunas de las antorchas encendidas y comenzó una danza del fuego, moviéndose al compás de la música, girando las antorchas como si fueran bastones. Todos comenzamos a movernos sobre la «pista de baile» de grava, meciéndonos en éxtasis con los sonidos mágicos y orgánicos de Kan Nal. El baile se prolongó hasta altas horas de la noche. Me dijeron que yo había bailado descalzo durante una hora sobre la grava. Supongo que así fue, ¡pero lo mismo podía haber estado haciéndolo sobre nubes! Necesitábamos aquella celebración. Y nos fue dada. Todo en el momento perfecto. Todos estamos en el mismo barco Al día siguiente nos encaminamos hacia el sudeste, hasta la frontera con Guatemala. Aquella misma noche debíamos regresar a nuestro hotel en Palenque. Durante el viaje visitamos Bonampak, un lugar en el que pueden contemplar unos asombrosos murales antiguos que describen la vida maya y sus ceremonias con gran detalle. Pero nuestro destino principal era el Templo del Jaguar de Yaxchilán. Se trata de un fantástico templo construido a ambos lados de un río. Uno de los lados pertenece a México y el otro a Guatemala. Los mexicanos han excavado su lado del yacimiento, pero los guatemaltecos no han permitido que nadie toque el suyo. Acudimos allí sabiendo que estaba previsto construir una presa en el río junto al cual están enclavados aquellos templos, y que muy pronto este lugar precioso, y todos los demás situados a lo largo de las orillas, iba a desaparecer para siempre bajo las aguas. La seña final El último día de nuestro viaje maya íbamos a visitar Uxmal una vez más. Necesitábamos estar allí a una hora concreta para poder asistir al espectáculo de luz que se representa cada noche. Así era como queríamos terminar el viaje. Se suponía que iba a ser una representación muy bella, y Uxmal se encontraba de camino hacia Mérida, completando el enorme círculo de templos que habíamos estado visitando. Pero entre el grupo se extendió una protesta: — ¿Por qué tenemos que terminar nuestro viaje con una exposición artificial, tecnológica, para turistas? Les parecía una idea estúpida. Yo no era capaz de responder a su pregunta, sólo sabía que «debíamos» ver el espectáculo de luz de Uxmal y que era realmente importante que estuviéramos allí. Así que, a pesar de la rebelión, continuamos. En Uxmal hay restaurantes y tiendas, y no se permite a nadie visitar las pirámides hasta que concluye el espectáculo de luz, por lo que esperamos, compramos y tomamos un bocado. Todo el mundo seguía preguntándose por qué teníamos que terminar nuestro increíble viaje con un espectaculillo de tres al cuarto en Uxmal. En el momento exacto en que debía dar comienzo la representación, y mientras todos estábamos esperando..., comenzó. Primero una ligera llovizna, luego el cielo se abrió a una lluvia torrencial que enseguida se convirtió en un diluvio. Durante dos horas los relámpagos cruzaron el cielo y los truenos restallaron a nuestro alrededor. Era una tormenta muy fuerte. La Madre Tierra había decidido hacer su propio espectáculo de luz allí donde pudiéramos observarlo a cubierto en el complejo urbanístico de Uxmal. Habíamos llegado a Yucatán en mitad de una larguísima sequía. Ya habíamos visto la lluvia, la pequeña tormenta que se había desatado en el Caribe tras Tulum y un ligero chubasco mientras nos dirigíamos hacia el sur, pero no se había parecido a esto ni de lejos. El dios maya Chac nos estaba homenajeando y, desde nuestro punto de vista, nos estaba diciendo que nuestro trabajo ceremonial era aceptado en el mundo maya. Todavía puedo vernos, calados hasta los huesos por el azote de la lluvia que se colaba por el techo, sabiendo todos por fin por qué estábamos en Uxmal, riendo, bailando y abrazándonos unos a otros con las caras bañadas en lágrimas de alegría mientras observábamos y escuchábamos nuestro propio espectáculo de luz personal ofrecido por la Madre Tierra y el Padre Cielo. Al entrar en Mérida camino del hotel, las calles tenían treinta centímetros de agua y nuestro autobús parecía un barco en la noche, con olas que se abrían en la proa, arribando a casa tras un largo viaje por mar. Nuestros corazones estaban abiertos de par en par y una vez más éramos Un Solo Corazón, y las redes que rodean la Tierra estaban más cerca del equilibrio perfecto.
Cuando extendí el lienzo del altar, orientado en las cuatro direcciones, y coloqué un cristal en el centro, unos cuantos miembros del grupo comenzaron a congregarse a mí alrededor. Dejé a uno de ellos vigilando el altar para salir a buscar al resto de nuestros andariegos peregrinos, repartidos en pequeños grupos por todo el enorme lugar. Luego regresé y me senté bajo un árbol para esperar a que todo el mundo recibiera el mensaje. Estaba pensando en el cercano Templo de las Inscripciones, donde muchos creen que sobre una gran lápida funeraria aparece representado un astronauta maya. Yo estaba sentado cerca de la base de aquel templo, bajo un viejo árbol de sombra, recordando que Khan Kha era su arquitecto y pensando en lo mucho que se parece a su otra obra de arte de Chichén Itzá, cuando se me acercó una anciana. Había venido desde Sudamérica, me dijo, para participar en una ceremonia. No sabía quién era yo, pero creía que podría saber dónde iba a celebrarse aquella ceremonia. Sorprendido, señalé hacia el altar. Cuando ella se dio la vuelta para ir hacia allí, la paré y le pregunté por qué había venido desde tan lejos. —Soy chamán —me respondió—. Sé que esta ceremonia tiene una gran importancia. Se trata de una ceremonia conocida por toda América Central y del Sur. Hay mucha gente rezando para que se celebre. Le dije quién era yo, y se me acercó y me dio un largo y sentido abrazo. Me pidió permiso para participar en la ceremonia, permiso que, evidentemente, fue concedido. Yo no tenía ni idea de que nadie excepto Dios, nuestro grupo y unos cuantos ancianos mayas supieran lo que estábamos haciendo. Pero debía haberlo sabido, pues las noticias se trasladan de selva a selva como un cóndor en pleno vuelo. La ceremonia de luz La ceremonia comenzó como las demás. Pero al cabo de muy poco tiempo apareció un antiguo anciano maya del interior de la Madre Tierra y levantó las manos. Al hacerlo, una fuerte energía comenzó a elevarse desde la tierra. La energía siguió subiendo hasta que se convirtió en lo único que yo era capaz de sentir. Esta energía me rodeaba por todas partes y estaba también en mi interior. Y lo único que yo podía ver era luz blanca. Sé que algo debía estar sucediendo en el mundo tridimensional, pero no soy capaz de describir el resto de la ceremonia en esos términos. Ni siquiera sé el tiempo que duró. No sé nada, aparte de aquella sorprendente energía de luz blanca. ¡Tampoco puedo decirte cuál era su propósito fundamental! Quizá fue mi falta de experiencia en esos niveles lo que me impidió ver el conjunto. Pero lo que me quedó fue la sensación de que aquella ceremonia había sido planeada hacía más de mil años, y que una vez llevada a cabo la vida iba a ser mejor para los mayas y para el mundo. A pesar de lo poco que comprendí de todo lo que estaba ocurriendo, me levanté del suelo con el corazón inmensamente feliz. Había amor en los ojos de la gente. Supe que, fuera lo que fuese lo que había sucedido, había sido «correcto». Y también supe que antes de que aquel viaje terminara, nuestro pequeño grupo iba a comprobar lo mucho que la Madre Tierra y los mayas apreciaban nuestro amor y nuestro apoyo. Cómo sucedería, era un misterio, pero yo supe que así iba a ser. Me alejé de la ceremonia de Palenque meditando profundamente y con la mano sobre el corazón. El descenso a la tumba de Pacal Mientras tanto, algunos de nosotros habíamos recibido el privilegio, reservado habitualmente para los indígenas mayas, de ver la antigua tumba de Pacal, el rey del siglo VIII. Era importante que los miembros de nuestro grupo lo aprovecharan, pues poco tiempo después la tumba de Pacal iba a ser cerrada para siempre. Pacal fue el último de los grandes reyes mayas y era considerado un dios. Los mayas creían que, después de su muerte, cuando hubiera sido colocado en el sarcófago que él mismo había diseñado y cubierto de jade, Pacal ascendería a la divinidad, trascendiendo la muerte y renaciendo en el panteón maya.
Como sólo podían entrar unos pocos, yo me quedé atrás, pues ya la había visitado hacía mucho tiempo, y en aquella ocasión pude permanecer en ella todo el tiempo que quise. He aquí una descripción de la tumba de Pacal de una persona que estuvo allí en este viaje. No discute las increíbles imágenes de la superficie de la lápida de este rey maya, pero hay al menos un libro escrito sobre ellas. Son enormemente misteriosas y están repletas de conocimientos sagrados. Te sugiero que las estudies. La entrada a la tumba de Pacal se realizaba por una escalera de piedra que descendía a las profundidades del Templo de las Inscripciones. Para llegar a aquella escalera había primero que subir hasta la cumbre de la pirámide. Un funcionario comprobó cuidadosamente nuestra autorización y nos contó, para asegurarse de que sólo entraba el número de personas especificado. En la entrada de la escalera central fuimos recibidos por un anciano maya que, según nos dijo Lionfire, era ya el guardián de la tumba mucho antes de que México comenzara a proteger los yacimientos mayas. El gobierno creía, evidentemente, que aquel hombre era empleado suyo, pero en verdad había estado montando guardia allí durante la mayor parte de su vida y servía sólo a los dioses. Para llegar a la tumba tuvimos que descender con cuidado por la escalera interior, oscura, estrecha y empinada; bajando, bajando, bajando, hasta el nivel del suelo y más aún. Los escalones habían sido fabricados de mármol rosa y estaban muy pulidos por los cientos de miles de pies devotos que han pisado sobre ellos durante los doce siglos que han transcurrido desde la muerte de Pacal. El sarcófago se encontraba en una pequeña habitación, protegido por una reja de hierro. Nos sentamos en el hueco de la escalera, unos pocos cada vez, pues el espacio era diminuto, en comunión respetuosa y juguetona con aquel gran rey. La santidad de la tumba de Pacal era palpable. Luego, con un sentimiento de gratitud y de enorme paz, volvimos a trepar por la empinada y oscura escalera hasta alcanzar la luz del día.
Bailando en el sueño Antes de contarte nuestra siguiente experiencia aparentemente milagrosa, necesito decirte algo acerca del yacimiento maya conocido como Tikal. Para todos los mayas, Tikal representa el octavo chakra, el situado a un palmo de la cabeza. Este chakra contiene nuestra conexión mística con Todo Lo Que Es y supone la apertura a los niveles superiores de consciencia. Ken y yo habíamos colocado allí un cristal, y yo sentía que la energía de este lugar era mayor que la de cualquier otro de los sitios mayas que había visitado, mayor incluso que la de Palenque. Pero Tikal está en Guatemala, y nuestro grupo no podía ir allí. Sin embargo, el Espíritu nos proporcionó a Nadia y a Adam, dos bellos seres que vivían en Guatemala y que, como la dama de Sudamérica, se habían sentido llamados para estar con nosotros en nuestra ceremonia sagrada. Aunque no se habían apuntado al viaje, Adam y Nadia formaban parte de nuestro grupo. Y supieron, en el momento en que se lo pedí, que era tarea suya colocar el último cristal en Tikal, aquel que iba a transmitir nuestras intenciones y plegarias a ese último templo. Lo extraño era que llevábamos un par de días sin verlos. Entonces aparecieron en la ceremonia de Palenque y descubrimos por qué se habían ido. Habían vuelto a Guatemala para poder traernos a un grupo de músicos cuyas melodías eran tanto un rito sagrado como un entretenimiento. Este grupo se denominaba Kan Nal e iba a tocar aquella noche para nosotros bajo las estrellas. Nos reunimos en el exterior después de la cena, en un lugar del hotel que había sido reservado para nuestro grupo. Cuando se encendieron las antorchas, comenzó la música, lentamente, con suavidad, un instrumento rústico haciendo una llamada, otro uniéndosele, el toc-toc de un tambor de madera, el trino hechicero de una flauta, el grito ocasional de un pájaro de la selva. Cuando la música creció en volumen y complejidad, una sacerdotisa nos entregó hojas de plataneras. Sobre ellas había colocado mazorcas de maíz, cristales y otros objetos naturales sagrados para los mayas. Cuando a cada uno le pareció el momento adecuado, lo llevó como sacrificio para el fuego. La música adquirió un ritmo hipnótico y uno de los integrantes de nuestro grupo, uno de los muchos chamanes de gran talento que se encontraban entre nosotros, tomó algunas de las antorchas encendidas y comenzó una danza del fuego, moviéndose al compás de la música, girando las antorchas como si fueran bastones. Todos comenzamos a movernos sobre la «pista de baile» de grava, meciéndonos en éxtasis con los sonidos mágicos y orgánicos de Kan Nal. El baile se prolongó hasta altas horas de la noche. Me dijeron que yo había bailado descalzo durante una hora sobre la grava. Supongo que así fue, ¡pero lo mismo podía haber estado haciéndolo sobre nubes! Necesitábamos aquella celebración. Y nos fue dada. Todo en el momento perfecto. Todos estamos en el mismo barco Al día siguiente nos encaminamos hacia el sudeste, hasta la frontera con Guatemala. Aquella misma noche debíamos regresar a nuestro hotel en Palenque. Durante el viaje visitamos Bonampak, un lugar en el que pueden contemplar unos asombrosos murales antiguos que describen la vida maya y sus ceremonias con gran detalle. Pero nuestro destino principal era el Templo del Jaguar de Yaxchilán. Se trata de un fantástico templo construido a ambos lados de un río. Uno de los lados pertenece a México y el otro a Guatemala. Los mexicanos han excavado su lado del yacimiento, pero los guatemaltecos no han permitido que nadie toque el suyo. Acudimos allí sabiendo que estaba previsto construir una presa en el río junto al cual están enclavados aquellos templos, y que muy pronto este lugar precioso, y todos los demás situados a lo largo de las orillas, iba a desaparecer para siempre bajo las aguas. La seña final El último día de nuestro viaje maya íbamos a visitar Uxmal una vez más. Necesitábamos estar allí a una hora concreta para poder asistir al espectáculo de luz que se representa cada noche. Así era como queríamos terminar el viaje. Se suponía que iba a ser una representación muy bella, y Uxmal se encontraba de camino hacia Mérida, completando el enorme círculo de templos que habíamos estado visitando. Pero entre el grupo se extendió una protesta: — ¿Por qué tenemos que terminar nuestro viaje con una exposición artificial, tecnológica, para turistas? Les parecía una idea estúpida. Yo no era capaz de responder a su pregunta, sólo sabía que «debíamos» ver el espectáculo de luz de Uxmal y que era realmente importante que estuviéramos allí. Así que, a pesar de la rebelión, continuamos. En Uxmal hay restaurantes y tiendas, y no se permite a nadie visitar las pirámides hasta que concluye el espectáculo de luz, por lo que esperamos, compramos y tomamos un bocado. Todo el mundo seguía preguntándose por qué teníamos que terminar nuestro increíble viaje con un espectaculillo de tres al cuarto en Uxmal. En el momento exacto en que debía dar comienzo la representación, y mientras todos estábamos esperando..., comenzó. Primero una ligera llovizna, luego el cielo se abrió a una lluvia torrencial que enseguida se convirtió en un diluvio. Durante dos horas los relámpagos cruzaron el cielo y los truenos restallaron a nuestro alrededor. Era una tormenta muy fuerte. La Madre Tierra había decidido hacer su propio espectáculo de luz allí donde pudiéramos observarlo a cubierto en el complejo urbanístico de Uxmal. Habíamos llegado a Yucatán en mitad de una larguísima sequía. Ya habíamos visto la lluvia, la pequeña tormenta que se había desatado en el Caribe tras Tulum y un ligero chubasco mientras nos dirigíamos hacia el sur, pero no se había parecido a esto ni de lejos. El dios maya Chac nos estaba homenajeando y, desde nuestro punto de vista, nos estaba diciendo que nuestro trabajo ceremonial era aceptado en el mundo maya. Todavía puedo vernos, calados hasta los huesos por el azote de la lluvia que se colaba por el techo, sabiendo todos por fin por qué estábamos en Uxmal, riendo, bailando y abrazándonos unos a otros con las caras bañadas en lágrimas de alegría mientras observábamos y escuchábamos nuestro propio espectáculo de luz personal ofrecido por la Madre Tierra y el Padre Cielo. Al entrar en Mérida camino del hotel, las calles tenían treinta centímetros de agua y nuestro autobús parecía un barco en la noche, con olas que se abrían en la proa, arribando a casa tras un largo viaje por mar. Nuestros corazones estaban abiertos de par en par y una vez más éramos Un Solo Corazón, y las redes que rodean la Tierra estaban más cerca del equilibrio perfecto.
miércoles, 27 de agosto de 2025
Los Thiaouba : Ciilización Estelar Superior
Origen:
El término Thiaoouba se refiere a una civilización muy avanzada ubicada en una dimensión superior (comúnmente se vincula con la 9ª dimensión o más allá), cuyo planeta se nombra también Thiaoouba. No pertenecen al sistema de las Pléyades físicamente, pero sí comparten ciertas afinidades vibracionales, por lo cual algunas personas los asocian a la energía pleyadiana de alta frecuencia.
Características generales
Seres de luz conscientes, no limitados a un cuerpo físico denso como el humano.
Su forma puede variar, pero usualmente son descritos como altos, luminosos, andróginos o femeninos, con rasgos armoniosos y una vibración que genera estados elevados de amor o éxtasis espiritual.
No operan desde el ego, ni jerarquías impuestas: se consideran seres de servicio cósmico.
Caracteristicas puntuales de los seres de Thiaouba
Apariencia física:
Altos (casi 3 metros).
Piel dorada o luminosa.
Ojos muy grandes y almendrados.
Emanan una frecuencia de Amor y Luz muy alta, casi insoportable para humanos no preparados.
Nivel evolutivo:Están en un nivel extremadamente avanzado de conciencia (civilización de 9ª dimensión).
No utilizan tecnología como la conocemos, sino que interactúan directamente con la materia y la energía mediante la mente y el espíritu.
Su planeta es una especie de paraíso etérico sin guerra, sin muerte, sin dolor.
Propósito con la Tierra:
Actúan como guías observadores del desarrollo de civilizaciones en otros planetas.
No interfieren directamente, salvo en momentos críticos de quiebre planetario.
Advierten sobre los peligros del materialismo, el desequilibrio espiritual y la desconexión del propósito del alma.
Propósito y función cósmica
Guías de civilizaciones en evolución: asisten de forma sutil a razas que están transitando saltos evolutivos.
No intervienen directamente, sino que inspiran, irradian y proyectan campos de conciencia que pueden ser captados por almas en sintonía.
Custodian el equilibrio entre tecnología, espiritualidad y ética universal.
Su rol se asemeja al de guardianes de la matriz universal del amor y la sabiduría.
No intervienen directamente, sino que inspiran, irradian y proyectan campos de conciencia que pueden ser captados por almas en sintonía.
Custodian el equilibrio entre tecnología, espiritualidad y ética universal.
Su rol se asemeja al de guardianes de la matriz universal del amor y la sabiduría.
Conocimiento que portan
Manejan la matriz del tiempo multidimensional, pudiendo observar pasados, presentes y futuros simultáneamente.
Comprenden la estructura del alma, su viaje a través de encarnaciones, y cómo se enlaza con la red galáctica.
Utilizan tecnología basada en conciencia: no necesitan naves como las conocemos, sino que se desplazan mediante energía mental, geometría vibratoria y alineaciones universales.
Trabajan con el ADN cuántico, el cuerpo de luz y las rejillas planetarias.
Comprenden la estructura del alma, su viaje a través de encarnaciones, y cómo se enlaza con la red galáctica.
Utilizan tecnología basada en conciencia: no necesitan naves como las conocemos, sino que se desplazan mediante energía mental, geometría vibratoria y alineaciones universales.
Trabajan con el ADN cuántico, el cuerpo de luz y las rejillas planetarias.
Contacto con la humanidad
Solo entran en contacto con seres humanos que hayan alcanzado cierto grado de madurez espiritual, o estén cumpliendo misiones específicas de transformación colectiva.
Se manifiestan por medio de sueños lúcidos, viajes fuera del cuerpo, visiones internas o impulsos creativos intensos.
No buscan ser adorados ni convertidos en figuras religiosas: su vibración disuelve el ego, no lo infla.
Característica Thiaouba Pleyadianos (5D-7D) Arcturianos
Dimensión 9ª o superior 5ª a 7ª 6ª a 9ª
Comunicación Telepatía pura Telepatía, símbolos Geometría sagrada,
Rol Conciencia Universal Guías de despertar Ingenieros evolución energética
Energía Amor puro Expansión emocional Sanación cuántica
Vibración espiritual
La energía de los Thiaoouba suele describirse como:Inmaculadamente amorosa.
Sutilmente transformadora (disuelve lo que no es esencial).
Portadora de recordación del origen universal.
De frecuencia tan alta que puede producir llanto, temblor, visiones, desdoblamientos o estados de no-tiempo.
Se manifiestan por medio de sueños lúcidos, viajes fuera del cuerpo, visiones internas o impulsos creativos intensos.
No buscan ser adorados ni convertidos en figuras religiosas: su vibración disuelve el ego, no lo infla.
Característica Thiaouba Pleyadianos (5D-7D) Arcturianos
Dimensión 9ª o superior 5ª a 7ª 6ª a 9ª
Comunicación Telepatía pura Telepatía, símbolos Geometría sagrada,
Rol Conciencia Universal Guías de despertar Ingenieros evolución energética
Energía Amor puro Expansión emocional Sanación cuántica
Vibración espiritual
La energía de los Thiaoouba suele describirse como:Inmaculadamente amorosa.
Sutilmente transformadora (disuelve lo que no es esencial).
Portadora de recordación del origen universal.
De frecuencia tan alta que puede producir llanto, temblor, visiones, desdoblamientos o estados de no-tiempo.
Relación con el alma humana
No buscan establecer contacto con el humano egoico, sino con el Ser Esencial.
Activan códigos dormidos en el alma, permitiendo saltos evolutivos rápidos cuando la persona está lista.
Inspiran a crear arte, ciencia, espiritualidad o tecnología con propósito elevado y servicio al Todo.
Relaciòn con los pleyadianos
Aunque el nombre "Thiaoouba" no aparece en la cosmología habitual pleyadiana, muchos consideran que estos seres podrían ser:Una línea pleyadiana antigua y elevada, que ya trascendió los planos físicos densos.
Seres de otras galaxias que trabajan en sinergia con los Pleyadianos, Arcturianos y Maestros de Luz.
Thiaouba : Civilización solar
Activan códigos dormidos en el alma, permitiendo saltos evolutivos rápidos cuando la persona está lista.
Inspiran a crear arte, ciencia, espiritualidad o tecnología con propósito elevado y servicio al Todo.
Relaciòn con los pleyadianos
Aunque el nombre "Thiaoouba" no aparece en la cosmología habitual pleyadiana, muchos consideran que estos seres podrían ser:Una línea pleyadiana antigua y elevada, que ya trascendió los planos físicos densos.
Seres de otras galaxias que trabajan en sinergia con los Pleyadianos, Arcturianos y Maestros de Luz.
Thiaouba : Civilización solar
1. Origen dimensional y naturaleza ontologica
Thiaoouba se sitúa más allá de la densidad física que rige a los mundos tridimensionales. Existen en una frecuencia de novena dimensión (9D), una banda vibracional donde:
No existe polaridad.
El tiempo es esférico y no lineal.No hay separación entre espíritu y materia: todo es conciencia pura en expresión.
Son parte de lo que algunas culturas galácticas llaman los "Arquitectos del Equilibrio Multiversal", una especie de linaje primigenio que nunca ha encarnado en mundos densos, sino que se ha mantenido en función supervisora y amorosa del despliegue evolutivo de las razas.
El planeta Thiaoouba es etéreo, bioplasmático, sin ecosistemas físicos como los nuestros. Funciona más como un nodo de conciencia que como un "planeta material".
No existe polaridad.
El tiempo es esférico y no lineal.No hay separación entre espíritu y materia: todo es conciencia pura en expresión.
Son parte de lo que algunas culturas galácticas llaman los "Arquitectos del Equilibrio Multiversal", una especie de linaje primigenio que nunca ha encarnado en mundos densos, sino que se ha mantenido en función supervisora y amorosa del despliegue evolutivo de las razas.
El planeta Thiaoouba es etéreo, bioplasmático, sin ecosistemas físicos como los nuestros. Funciona más como un nodo de conciencia que como un "planeta material".
2. Anatomía energética y presencia
No poseen cuerpo biológico. Lo que podría interpretarse como “forma” es un holograma consciente de luz dorada, blanco iridiscente o incluso cristal arcoíris.
No tienen sexo, edad ni estructura ósea. Son campos de inteligencia viva que pueden condensarse en una figura antropomorfa si el observador lo necesita para comprenderlos.
Su vibración emite paz total, rendición al Ser, y desmaterialización del ego. Estar cerca de su campo energético podría producir:
Lagrimeo espontáneo.
Sensación de ingravidez.
Estados de silencio mental absoluto.
No tienen sexo, edad ni estructura ósea. Son campos de inteligencia viva que pueden condensarse en una figura antropomorfa si el observador lo necesita para comprenderlos.
Su vibración emite paz total, rendición al Ser, y desmaterialización del ego. Estar cerca de su campo energético podría producir:
Lagrimeo espontáneo.
Sensación de ingravidez.
Estados de silencio mental absoluto.
3. Función galáctica y propósito interdimensional
Son guardianes del equilibrio entre civilizaciones emergentes y supervisores de razas que atraviesan bifurcaciones evolutivas (como la humanidad ahora).
Están asociados a la activación de puertas de ascensión genética y espiritual:
Custodian portales cósmicos a través de los cuales las almas ascienden o descienden en espiral de encarnación.
Su rol no es intervenir, sino iluminar los caminos posibles.
Son una fuerza espiritual viva, cuya intervención solo se da si la ley universal de balance se ve amenazada a nivel colectivo.
Están asociados a la activación de puertas de ascensión genética y espiritual:
Custodian portales cósmicos a través de los cuales las almas ascienden o descienden en espiral de encarnación.
Su rol no es intervenir, sino iluminar los caminos posibles.
Son una fuerza espiritual viva, cuya intervención solo se da si la ley universal de balance se ve amenazada a nivel colectivo.
4. Contacto con los humanos - formas de aparición
No contactan de forma masiva ni física. El contacto ocurre en estados alterados de conciencia, como:
Sueños lúcidos.
Experiencias cercanas a la muerte.
Rituales de activación profunda.
Canalizaciones telepáticas.
Su mensaje no se entrega en lenguaje verbal, sino en descargas de luz codificada, que el alma integra y decodifica luego en la conciencia humana.No buscan protagonismo. No forman “escuelas” ni cultos. Quien los canaliza debe ser puro de intención y libre de necesidad de control.
5. Legado evolutivo para los mundos coo la Tierra
Sueños lúcidos.
Experiencias cercanas a la muerte.
Rituales de activación profunda.
Canalizaciones telepáticas.
Su mensaje no se entrega en lenguaje verbal, sino en descargas de luz codificada, que el alma integra y decodifica luego en la conciencia humana.No buscan protagonismo. No forman “escuelas” ni cultos. Quien los canaliza debe ser puro de intención y libre de necesidad de control.
5. Legado evolutivo para los mundos coo la Tierra
Nos recuerdan que el viaje del alma no es hacia afuera sino hacia adentro.
Desactivan estructuras ilusorias de separación: entre tú y el otro, tú y Dios, tú y la vida.
Su enseñanza es vibracional: no hay dogmas, sólo resonancia.
Estimulan:
La unificación del campo electromagnético del corazón.
El despertar de la memoria galáctica.
La construcción del cuerpo de luz Merkábico.
Desactivan estructuras ilusorias de separación: entre tú y el otro, tú y Dios, tú y la vida.
Su enseñanza es vibracional: no hay dogmas, sólo resonancia.
Estimulan:
La unificación del campo electromagnético del corazón.
El despertar de la memoria galáctica.
La construcción del cuerpo de luz Merkábico.
6. Tecnología consciente y manejo de realidad
No usan máquinas. Ellos son la tecnología.
Usan la geometría viva, el sonido primordial y los rayos conciencia como herramientas de manifestación y transporte.
Activan estructuras como:
Matrices tetraédricas para el desplazamiento multidimensional.
Redes de luz cristalina para transmisión de información.
Códigos numéricos estelares que reprograman realidades.
Son capaces de influir en líneas de tiempo colectivas, si una civilización se desvía en forma crítica de su propósito original.
Usan la geometría viva, el sonido primordial y los rayos conciencia como herramientas de manifestación y transporte.
Activan estructuras como:
Matrices tetraédricas para el desplazamiento multidimensional.
Redes de luz cristalina para transmisión de información.
Códigos numéricos estelares que reprograman realidades.
Son capaces de influir en líneas de tiempo colectivas, si una civilización se desvía en forma crítica de su propósito original.
7. Relación con otras razas y la Federación Galáctica
Aunque no forman parte activa de la Federación Galáctica de la Luz, mantienen un vínculo de respeto y colaboración vibracional con razas como:
Arcturianos: les ofrecen respaldo técnico para los procesos de ascensión planetaria.
Pleyadianos (Alcyone y Taygeta): les transmiten inspiración para el despertar emocional colectivo.
Sirianos: co-crean portales estelares y matrices de ADN divino.
Ellos operan más allá de la dualidad federación vs. libre albedrío. Son el punto de síntesis y neutralidad, donde todas las razas acuden a armonizar desequilibrios kármicos mayores.
Arcturianos: les ofrecen respaldo técnico para los procesos de ascensión planetaria.
Pleyadianos (Alcyone y Taygeta): les transmiten inspiración para el despertar emocional colectivo.
Sirianos: co-crean portales estelares y matrices de ADN divino.
Ellos operan más allá de la dualidad federación vs. libre albedrío. Son el punto de síntesis y neutralidad, donde todas las razas acuden a armonizar desequilibrios kármicos mayores.
En resumen
Thiaoouba no es un lugar. Es un estado de conciencia.
Es un arquetipo de armonía universal, cuya existencia recuerda al alma humana que la evolución no es lucha, sino retorno al origen.
Su llamado se manifiesta en quienes:Buscan la verdad sin ego.
Sienten nostalgia por un lugar que no recuerdan.
Desean servir sin recompensa.
Vibran con la frecuencia del amor silencioso, no del ruido espiritual.
Bruxshia Pleyadian energía Azul Zafiro
Es un arquetipo de armonía universal, cuya existencia recuerda al alma humana que la evolución no es lucha, sino retorno al origen.
Su llamado se manifiesta en quienes:Buscan la verdad sin ego.
Sienten nostalgia por un lugar que no recuerdan.
Desean servir sin recompensa.
Vibran con la frecuencia del amor silencioso, no del ruido espiritual.
Bruxshia Pleyadian energía Azul Zafiro
miércoles, 20 de agosto de 2025
Serpiente de Luz Capitulo XVI Kohunlich y el Tercer ojo
Cuando el grupo llegó a Kohunlich, los recuerdos que tenía de mi anterior viaje con Ken estaban vivos en mi mente. Las preguntas se atropellaban. ¿Estaría igual? ¿Estarían allí todavía la escalera y el agujero triangular? Aún no había relatado al grupo lo sucedido entonces. Comenzamos caminando hasta la pirámide principal, la que tenía los enormes rostros humanos sobre sus paredes. En aquel momento estábamos sólo haciendo turismo, explorando y sintiendo las energías de aquel lugar sagrado. Entonces les conté a todos la historia del extraño agujero y el árbol con el otro agujerito pequeño delante. Finalmente, nos pusimos a buscar la escalera de mármol. Pero Kohunlich había cambiado. Yo había esperado encontrar la pirámide en la que había colocado el cristal con Ken años atrás y rememorar aquellos recuerdos, pero no iba a ser así. Ahora el lugar estaba surcado de caminos, que se extendían muchos kilómetros a la redonda, con mapas en diversos sitios. Seguimos los caminos durante un rato, yendo en una dirección, volviendo y probando otro nuevo, pero no éramos capaces de encontrar la pirámide especial ni el agujerito frente a ella en el que yo había depositado el cristal hacía ya tantos años. Finalmente llegamos a una ancha y antigua escalera de piedra construida sobre una colina bastante empinada. No se parecía en nada a la de mármol que Ken y yo habíamos encontrado, pero el lugar me llamaba. Todos nos sentimos empujados hacia lo que pudiera haber en su parte superior. Cuando llegamos arriba, pude comprobar que en lugar de tratarse de una pirámide o de un edificio sagrado, aquella zona había sido en realidad una residencia de los antiguos mayas. Había diminutas habitaciones por todas partes, organizadas de una forma muy bella, y patios abiertos donde las personas podían congregarse. Y parecía el lugar perfecto para lo que habíamos ido a hacer. Así que abandoné la idea de la pirámide y el agujero triangular y encontramos el lugar perfecto bajo unos árboles, que nos aportaban sombra contra el sol abrasador. Extendimos un «lienzo del sol» sobre el suelo, elegimos un punto central y nuestro altar comenzó a formarse a medida que las personas le fueron colocando cristales y objetos sagrados. El grupo se reunió en círculo alrededor del altar y de nuevo cuatro personas, dos hombres y dos mujeres, fueron elegidos para sellar las cuatro direcciones. Tal y como había sucedido en Tulum, el sumo sacerdote maya apareció desde el interior de la Tierra frente a mí, elevó los brazos hacia el cielo y colocó a cuatro de sus propias gentes detrás de nuestros guardianes de las cuatro direcciones. Pero a continuación, muchísimos mayas comenzaron a surgir del suelo, formando un círculo ligeramente mayor que el nuestro. Al principio sólo sus cabezas sobresalían del suelo, dibujando una espiral alrededor del círculo. Después, lentamente, mientras seguían formando el círculo, sus cuerpos empezaron a emerger de la Madre Tierra. Finalmente, los mayas estuvieron sobre la superficie en nuestro mundo. Habían asignado a uno de ellos para que permaneciera con cada uno de los integrantes de nuestro grupo durante toda la ceremonia. Estaban vestidos con túnicas de vivos colores y plumas en el pelo, y habían dibujado formas geométricas sobre sus rostros. Su energía era eléctrica. Pude sentir que aquella ceremonia era algo que habían predicho hacía mucho tiempo y que poseía para ellos una gran importancia. Estaban muy serios. El desarrollo de la ceremonia fue muy diferente al de Tulum. Allí se habían creado muchas pirámides de energía cubriendo una gran distancia para devolver el equilibrio a la Tierra y traer las lluvias. En esta ocasión se creó una sola, pero inmensa. Su propósito, según me comunicó el jefe de forma telepática, estaba relacionado con el despertar psíquico de los mayas. No soy capaz de comprender realmente todo lo que transpiraban aquellos antiguos mayas durante la ceremonia. Lo que sí sé es que mi corazón se sentía cada vez más ligero. Lionfire dice que los mayas que estuvieron en Kohunlich se llevaron con ellos, al irse, toda la energía negativa con la que habíamos estado luchando en nuestro grupo hasta entonces y la habían enterrado en las profundidades de la Madre Tierra. Fuera lo que fuese lo que sucedió, lo cierto es que nos hizo a todos muy felices. Recuerdo que miré hacia arriba, nada más terminada la ceremonia, y observé que todos y cada uno de nosotros estábamos sonriendo y llenos de luz. Lo que sucedió entonces fue un reflejo de lo anterior; puede que Lionfire tenga razón acerca del efecto de limpieza. Las personas comenzaron a abrazarse unas a otras y a jugar. Flotaba en el aire una tremenda sensación de bienestar entre todos nosotros. Al mirar, me di cuenta de lo perfecto que era que estuviéramos haciendo aquello en las mismas viviendas de los antiguos mayas, en sus hogares. Pero tenía claro que, aunque los mayas habían ayudado a eliminar la energía negativa de nuestro grupo, todavía no habíamos alcanzado la parte más profunda de nuestro cuerpo psíquico y emocional: nuestros trastornos sexuales. Resolver aquello era algo que debíamos hacer nosotros. Y era algo que requería un profundo perdón. Al día siguiente, con aquella luz recién encontrada, volveríamos a acometer un difícil trabajo interior. Ese día, sin embargo, nuestro trabajo estaba terminado. Con alegría nos dirigimos de vuelta al autobús. Sí, yo seguía buscando la pirámide con la escalera de mármol y el agujero triangular. Pero de algún modo, sabía que no iba a encontrarla. Era algo que debía permanecer en secreto. Los templos del perdón El siguiente día de nuestro viaje a Yucatán fue único para mí. Nunca había visto los templos a los que íbamos a ir. Aquellos templos representaban el lado oscuro de las energías masculina y femenina. Allí debíamos realizar dos increíbles ceremonias o procesos para eliminar para siempre de nuestro ser las polaridades masculino-femeninas, dejándonos libres, con toda nuestra fuerza divina. Nuestro propósito al visitar aquellos lugares estaba totalmente relacionado con el Ahora, con el Fin de los Tiempos, como lo denominan los mayas, y con las correcciones que debían hacerse en nuestra consciencia de la polaridad para que pudiéramos pasar a un nivel superior de consciencia. Aquello debía completarse o no podríamos seguir avanzando. Ese estado equilibrado no iba a durar para siempre, pues cada vez que respiramos y actuamos creamos más karma, pero sí lo suficiente como para permitirnos terminar nuestro trabajo. Antes de aquel viaje a las tierras mayas, no sospechábamos que ese tipo de terapia equilibradora ceremonial fuera a formar parte de nuestra experiencia. Sencillamente se fue desplegando ante nuestros ojos y nuestros corazones. Aquella fase de nuestro sagrado viaje a tierras mayas parecía un patrón para la preparación que todos estamos llevando a cabo en la Tierra. En los dos días de viaje entre Tulum y Palenque, todo el grupo pasó por una serie cohesionada de experiencias y ceremonias que parecían haber sido específicamente diseñadas por los mayas para acelerar nuestra salida de la polaridad y nuestra entrada en la Unidad, tanto si queríamos como si no. La preparación: comenzamos en Becán Al salir aquella mañana del hotel, ninguno de los miembros del grupo, a excepción quizá de Lionfire, sabíamos el cambio tan total que aquel día iba a suponer para las vidas de muchos de nosotros. Había sido él quien había elegido aquellos tres templos, y él era el único de todo el grupo que parecía tener una premonición de lo que nos iba a acontecer. Lionfire había estado profundamente conectado con los enormes acontecimientos energéticos relacionados con el lado oscuro de las energías masculino-femenino que le estaban sucediendo a nuestro grupo. Él lleva en su propio ser chamánico una manifestación energética de las energías duales, una especie de kachina, que es oscuridad absoluta por un lado y luz total por el otro. Forma parte de su viaje en esta vida el armonizar y equilibrar estos dos lados, y su presencia ayudó a combinar esta energía en nuestro grupo con el lugar donde los aspectos negativos pudieran ser eliminados. Nuestro comienzo en Becán tenía en sí mismo el espíritu de diversión y juego. Era una perfecta preparación para las ceremonias que llevaríamos a cabo más adelante. Becán fue la capital regional del antiguo imperio maya; fue construida alrededor del año 600 a.C., pero su momento de mayor actividad tuvo lugar entre los años 600 y 1000 d.C. Es uno de los yacimientos arquitectónicos más importantes de Campeche.
Esta antigua ciudad está rodeada por un foso, único en la región maya. De hecho, la palabra becan significa «garganta formada por el agua». Algunas personas creen que este foso servía como protección en caso de guerra. En opinión de otros, representaba una división de clases sociales: la élite construyó sus monumentales estructuras dentro de la zona rodeada por el foso y las clases inferiores vivían en el exterior. Un túnel en superficie, construido de piedra, une las dos plazas principales de la antigua ciudad, y en un punto se pueden ver sorprendentes máscaras pintadas. En uno de los altares pudimos «sentir» que había sido usado para sacrificios humanos. No sé si eso era cierto o no, pero sí es verdad que la cultura maya fue descarriada en un momento dado hacia estas horribles prácticas. Para nosotros, Becán constituía el templo para la integración del hombre con la mujer, un lugar de equilibrio. En palabras de Lionfire: Mientras muchos de nosotros charlábamos con Drunvalo en el altar de la integración de lo masculino con lo femenino, otros se fueron a jugar y bailar con las pirámides. Anteriormente, en Coba, yo había explicado cómo cada pirámide es como un instrumento musical y debe ser «tocada» de diferentes formas, dependiendo de cómo la «bailes». Cuando nos alejamos del altar y paseamos por los patios, vi con gran asombro que la mayor parte del grupo estaba bailando por encima, por debajo, alrededor y sobre las pirámides. ¡Qué alegría! Aquello era exactamente lo que necesitábamos: la diversión, al niño. Ésa era la preparación. El grupo había superado el miedo. Sobre la acrópolis de Becán podíamos ver con claridad en la distancia los templos de Xpuhil y Chicanná, los lugares en los que íbamos a efectuar ceremonias para honrar la unión de las energías masculina y femenina en nuestro interior. Xpuhil: la ceremonia de la integración masculina Desde Becán recorrimos el corto trayecto a Xpuhil. Allí fuimos caminando deprisa por un sendero rocoso a través de un bosque hasta que llegamos a un lugar cubierto de hierba, junto al templo de las tres torres, donde íbamos a llevar a cabo nuestra ceremonia. Xpuhil significa el «lugar de los juncos cola de gato». Sus asombrosas torres representan a Itzamna, el Dios Creador y primer chamán, como una serpiente celestial. El edificio principal de Xpuhil tiene doce habitaciones y plataformas, con tres enormes torres que se elevan hacia el cielo. En el centro hay un hueco rodeado por la cabeza de una serpiente. Este complejo integra energías masculinas bajas, medias y altas, centradas en el sexo cósmico y en el amor. Tanto la ceremonia de integración de la energía masculina que íbamos a llevar a cabo en aquel templo como la ceremonia de integración de la energía femenina que debíamos celebrar más tarde eran algo que yo no había experimentado jamás. No sabía cómo iban a funcionar ni lo que iba a suceder. Sencillamente me estaba permitiendo a mí mismo sentir lo que debía hacer y así lo dije, sin ideas preconcebidas. En primer lugar, encontré un punto en un prado frente al templo de Xpuhil y luego pedí a todos los hombres que se reunieran en grupo y se sentaran sobre la hierba, mientras las mujeres formaban de pie un círculo alrededor de ellos. Las mujeres se cogieron de las manos y establecieron la energía del grupo. Entonces me sentí guiado para construir formas de geometría sagrada alrededor de los hombres, concretamente el octaedro platónico con luz dorada; la punta estaba conectada con el Padre Cielo, la mitad inferior completamente introducida en la Madre Tierra y la punta inferior conectada energéticamente con la propia Madre Tierra. Yo sentía que aquellas formas adquirían vida con prana, la energía de la fuerza de la vida. Pedí a los hombres que liberaran toda la parte negativa de su energía masculina hacia esos dos polos y que visualizaran aquella energía abandonando sus cuerpos mentales, emocionales y físicos, y fluyendo como agua por aquellas dos puntas. Las energías mentales debían subir y ser liberadas hacia el Padre Cielo. Las energías más físicas y emocionales bajarían hasta las profundidades de la Madre Tierra. Y para que lo sepas, esta energía negativa no constituye ningún problema para nuestra Madre y nuestro Padre Divinos. Sencillamente la reequilibran y la vuelven a usar para la Vida. Me quedé en silencio y dejé que empezara.
Aquel día hacía mucho calor en Xpuhil y estábamos al sol. Antes de la ceremonia éramos muy conscientes de la temperatura, y después de ella volvió a asaltarnos con su presencia casi tangible. Pero mientras la ceremonia estaba teniendo lugar, no creo que ni uno solo de los miembros de nuestro grupo se diera cuenta de nada que no fueran las energías espirituales que estábamos moviendo y cambiando. Todos podíamos sentir lo que estaba ocurriendo mientras los hombres soltaban los aspectos masculinos negativos de toda nuestra historia, representados en sus propios cuerpos y campos de energía aquí y ahora. El principio fue lento, pero a medida que los hombres fueron dándose cuenta de lo que les estaba ocurriendo, la liberación fue haciéndose más fácil y rápida. Yo puedo ver esos tipos de energías en movimiento, y lo que contemplé resultó al mismo tiempo precioso y escalofriante. De los hombres salían en espiral dibujos de energía fundamentalmente rojos, negros y de un color verde amarillento, pero en realidad todo estaba sucediendo al mismo tiempo. Pude ver reflejado en sus rostros el dolor que les producía desprenderse de algo a lo que llevaban aferrándose miles de años, una vida tras otra; una energía que había estado afectando seriamente a sus propias relaciones con sus mujeres, con sus hijas y con sus amigas en aspectos que no eran capaces de controlar, todo antiguo y más allá de su pensamiento consciente. Todas las violaciones, y los asesinatos, y la violencia, y el dolor que el hombre colectivo ha infligido a mujeres y niños inocentes fueron revelados y trasladados a los corazones de nuestros Padres Divinos, que con su divina compasión estaban sanando las almas de aquellos hombres. En un momento dado se produjo un cambio. Casi pudimos escuchar una especie de suspiro colectivo brotando del grupo al unísono. Y muy poco después todo quedó hecho. Me gustaría decir que aquél fue el grupo de hombres más fuerte de todos aquellos con los que he estado. Había una proporción de hombres mayor de lo habitual, y ellos mismos eran extremadamente poderosos, pues muchos eran chamanes de alto nivel y sanadores por derecho propio. Debido a su nivel espiritual, aquellos increíbles hombres estaban extremadamente abiertos. No sólo tenían la intuición, sino también la capacidad de hacer lo que yo les pedía. Cuando dije: «Hemos terminado», la mayoría de ellos, sentados en el centro del círculo de las mujeres, estaban llorando. Pedí a las mujeres que abrazaran a los hombres, y aquellos abrazos duraron mucho tiempo. Los hombres iban de una mujer a otra, con lágrimas en los ojos, abrazando. Dando silenciosamente las gracias a la Mujer por el amor que ella sigue manteniendo, a pesar del abismo que ha existido entre los sexos a lo largo de tantos milenios. Pidiendo perdón en silencio. Permitiéndose a sí mismos sentirse vulnerables. Permitiéndose a sí mismos ser alimentados. Abandonando el núcleo de rigidez y soledad que ha constituido la carga masculina a lo largo de los siglos. Todos hablamos del sentimiento que aquella liberación había producido no sólo en nosotros, sino también en toda la Tierra. De una forma u otra habíamos creado un camino para que los demás lo pudieran seguir, en un proceso que iba a continuar creciendo durante los siguientes días, meses y años hasta que la integración estuviera realmente completa para toda la humanidad. De vuelta al autobús, todos estábamos muy callados. Nadie podría haber predicho lo poderosa que iba a ser aquella ceremonia de integración. Y todo el mundo pareció saber que llegar a aquella experiencia había sido una de las principales misiones de esta vida. Cada uno de nosotros pertenecíamos allí. Todos éramos únicos y preciosos y necesarios para el conjunto. En esta atmósfera de silenciosa Unidad, nos dirigimos hasta los templos de Chicanná, sin sospechar ni por lo más remoto la explosión que nos aguardaba. Chicanná: la ceremonia de la integración femenina Teníamos el tiempo muy ajustado, pues debíamos llegar a Palenque aquella misma noche. Sintiendo todavía la emoción de la ceremonia de Xpuhil, caminamos por los senderos rocosos y cubiertos de hojas de Chicanná en busca de un lugar donde celebrar nuestra siguiente ceremonia. Hacía aún más calor, así que buscamos una sombra.
Lionfire nos contó que Chicanná era muy diferente a los demás yacimientos mayas, pues su estilo arquitectónico era elaborado, barroco. Como pudimos observar, los edificios son pequeños, con puertas en las que aparece la boca de Itzamná, pero esta vez con la forma de un monstruo de la Tierra cuyas fauces abiertas representan la entrada a Xibalbá, el inframundo maya. Se dice que a menudo los iniciados sienten aquí los cambios dimensionales y la sensación de estar caminando entre las estrellas. Es un lugar de intensa magia oscura femenina. Chicanná equilibra e integra las energías femeninas y masculinas en las mujeres. Aquí era donde íbamos a celebrar la ceremonia de integración de la energía femenina. Llegamos a una pequeña pirámide con un patio frente a ella y una pared de piedra baja, semicircular, cerca del límite del bosque. De ahí que los árboles le dieran sombra. Pedí a las mujeres que se congregaran en una zona a lo largo de la pared y frente a ella, y que se sentaran cómodamente formando un semicírculo. A continuación, indiqué a los hombres que se colocaran de pie frente a las mujeres en línea recta, de un extremo de la pared al otro. Habíamos formado un cuenco largo, poco profundo y con tapadera, con las mujeres en su interior y los hombres representando la tapadera. Los hombres se cogieron de las manos y sellamos la energía del espacio. Yo construí los mismos octaedros platónicos de geometría sagrada, pero esta vez con una suave luz rosa alrededor de las mujeres para que ellas también pudieran liberar sus energías hacia arriba, hacia el Padre Cielo, y hacia abajo, al corazón de la Madre Tierra. Y entonces comencé a hablar. No sabía lo que iba a decir. Al principio mis indicaciones para las mujeres fueron muy similares a las que había dado a los hombres. Y entonces se me ocurrió pedir a las mujeres que emplearan esta oportunidad para liberarse de todas las cosas innombrables que se les han hecho a las mujeres a lo largo de siglos de civilización, que la aprovecharan para liberarse y perdonar. Cuando pronuncié estas palabras, muchas mujeres me miraron boquiabiertas. Algo cambió en nuestro campo de energía, como si se hubiera abierto una especie de grieta en el cuenco humano que habíamos formado. A continuación, me quedé en silencio y dejé que el proceso comenzara. Lo que sucedió fue bastante diferente de lo que había pasado con los hombres. Las mujeres estaban intentando permitirse a sí mismas entrar en contacto con el dolor y el horror que nunca antes habían sido capaces de afrontar o sentir. Una a una fueron entrando en la realidad de lo que la vida había sido para ellas en las épocas en las que habían sido tratadas como objetos o aún peor. Mucho peor. Las mujeres necesitaban ayuda para continuar. Intervine y pedí a los hombres que se acercaran a ellas, que les acariciaran la cara, las miraran a los ojos y les ofrecieran la ternura, el amor y la comprensión que necesitaban en aquel momento. Me uní a los hombres y fuimos de una mujer a otra, consolándolas, ayudándolas a atravesar los enormes asaltos de dolor y pesar emocionales que estaban experimentando e intentando liberar. Aquello duró mucho tiempo. Las mujeres chillaban, sollozaban, con un pesar profundo que les partía el alma y al que nunca antes habían sido capaces de enfrentarse. Y los hombres las sostenían, las consolaban, las amaban. Un par de mujeres se colocaron en posición fetal y fueron sostenidas y consoladas con increíble ternura, como si fueran niñas pequeñas. Una mujer me contó más tarde que había pasado los primeros diez minutos del proceso con ganas de vomitar. Según me confió, aquello era una experiencia nueva para ella. Nunca había sido capaz de comprender por qué los personajes de los libros hablaban acerca de sensaciones nauseabundas a la vista de profanaciones del cuerpo humano, pero que en aquel momento se dio cuenta de que su falta de comprensión había sido debida a que ella nunca había sido capaz de «ir allí» con anterioridad. En aquel día, y con el admirable apoyo de los demás (las mujeres, que habían tenido el valor de entrar en contacto las primeras con sus verdaderos sentimientos, y los hombres del grupo, que acababan de adquirir su propia fortaleza), por fin se había permitido a sí misma afrontar y experimentar unos sentimientos que había apartado a un lado una vida tras otra. Cuando por fin se efectuó el pleno contacto emocional, sintió que se doblaba, sobrecogida. Y entonces, con el consuelo que recibió de los hombres, el dolor fue eliminado y se sintió completa; por primera vez en miles de años.
En conclusión En silencio y con los ojos enrojecidos por el llanto, emocional-mente exhaustos, nos encaminamos hacia nuestro querido autobús y pusimos rumbo hacia el suroeste, a Palenque y la ceremonia final que iba a celebrar nuestro grupo por la espiral de templos que Thoth me había entregado. Tengo la sensación de que la integración que realizamos aquel día todavía está teniendo lugar. Siento que continúa nuestra aquiescencia a la plena experiencia de las energías masculinas y femeninas, la liberación de toda la ira, el miedo y el odio. Pero en verdad creo que aquel día en Campeche creamos un sendero para que los demás pudieran seguirlo, un camino que conduce a una nueva forma de ser para los hombres y las mujeres sobre la Madre Tierra.
viernes, 15 de agosto de 2025
Serpiente de Luz Capítulo XV El Arcoiris Circular
Exterior como al Interior, pues ambos estaban desequilibrados. De hecho, la península del Yucatán estaba atravesando un periodo de gran sequía. Llevaba meses sin llover. Los mayas comenzaron a «construir» una inmensa pirámide energética que se extendía en las cuatro direcciones. Al principio la hicieron pequeña, aproximadamente del tamaño y área de la zona sobre la que se encontraba el grupo, y luego la agrandaron con sus mentes hasta que llegó a medir unos cinco kilómetros por cada lado. Lo hicieron exactamente de la misma forma que me habían enseñado a mí los taos pueblo de Nuevo México. «Vieron» o dibujaron en sus mentes aquella pirámide en el espacio de la tercera dimensión (nuestro mundo) y luego, con su intención, la hicieron realidad. También le dieron su aliento para otorgarle energía de fuerza vital, que es lo que realmente hace que el entorno reaccione como si se tratase de una pirámide tridimensional real. Una persona normal no habría sido capaz de ver aquella pirámide, pero el entorno no conoce la diferencia. Y una pirámide actúa exactamente igual que una montaña en la naturaleza. Atrae las nubes y la lluvia. Las pequeñas no producen demasiado efecto, pero las grandes, especialmente cuando alcanzan un tamaño de cinco kilómetros, afectan al entorno como si fuesen montañas gigantescas. Aquella pirámide se convirtió en la «montaña» central para traer la lluvia. Los mayas del interior de la Tierra podían controlar la altura de la montaña, y con ello la cantidad de lluvia que debía llegar a aquella parte de la península. Para aumentar aún más la zona de influencia de la pirámide, los mayas hicieron más y las colocaron una junto a otra, como una sierra que se extendiera muchos kilómetros hacia el norte. Cuando aquello terminó, el anciano maya del centro anunció que llovería antes del día siguiente y que la sequía había pasado. Para terminar la ceremonia, el anciano maya nos pidió que cantáramos al Sol pronunciando su nombre, Kin. Todos, tanto los mayas espectrales como los integrantes de nuestro grupo, entonamos varias veces el nombre del Sol. Con la última nota, levantamos las manos al aire y abrimos los ojos mirando hacia el cielo para dar fin a aquella poderosa ceremonia. Cuando abrimos los ojos con la última nota del sagrado nombre maya del Sol, miramos hacia el cielo y fuimos testigos de un signo deliberado y sagrado que indicaba que habíamos realizado la ceremonia correctamente. Alrededor del Sol, en aquel día claro y sin nubes, pudimos contemplar un arco iris circular, perfecto y brillante, tanto que cada color resaltaba como si se tratara de luz eléctrica. En aquel momento supimos que lo que acabábamos de hacer, y todo lo que estábamos haciendo durante aquel viaje, era bendecido por el Gran Espíritu. Mi corazón se abrió tanto que creí que me derretiría en la Tierra junto con los mayas, que estaban retornando a sus Mundos Interiores. Fue precioso. Me pregunto lo que debieron pensar los cientos de turistas con sus niños cuando nos vieron abrazándonos, llorando y sonriendo de oreja a oreja mientras hablábamos entre nosotros en cuatro o cinco idiomas diferentes. En aquel momento, sin embargo, yo no era consciente de que hubiera más personas por allí. La mayoría de nosotros corrimos hacia el mar y saltamos a las maravillosas aguas color turquesa, que nos columpiaron como a los corchos de una red de pesca. Los que no habían llevado el bañador se metieron vestidos, y todos chapoteamos, reímos y jugamos. ¡Era fantástico! ¡La vida era estupenda! Y todavía, en el cielo, el mágico arco iris seguía rodeando al brillante Sol. Duró muchísimo tiempo. Aparece otra calavera de cristal Un rato después llegó el momento de volver al autobús..., o al menos eso era lo que creíamos. Sin embargo, Dios consideraba que todavía no habíamos concluido aquel día. Cuando cruzaba los terrenos del templo de Tulum, de camino hacia el aparcamiento, me paró el mexicano que me había entregado la calavera blanca en Dzi-bilchaltún. Tenía en las manos otra antigua calavera maya de cristal que me atraía como la llama a una mariposa. Aquélla era verde como el jade y ligeramente transparente. Cuando me conecté con el cristal, me presentó a un único hombre que vivía en su interior. Este me volvió a demostrar cómo los antiguos mayas utilizaban aquellos cristales.
Un individuo era elegido para morir, afirmó. Entonces su espíritu entraba en el cristal y residía en él hasta que el propósito de éste se cumplía. En el cristal blanco lechoso de Dzibilchaltún, los residentes de la calavera habían sido una pareja, hombre y mujer, y una abuela. Si en ésta había otra abuela, yo no la vi. Puede que estuviera allí pero que no se dejara ver. Parece ser que los propósitos de los cristales están siempre relacionados con guardar y mantener los antiguos conocimientos y recuerdos mayas hasta el Final de los Tiempos..., este momento que estamos viviendo ahora. Yo no sabía lo que significaba que tantas calaveras de cristal penetraran en las energías de nuestro pequeño grupo. Normalmente solía aparecer una, como lo hizo en Dzibilchaltún, y una vez que había revelado lo que deseaba revelar, desaparecía de nuevo en la selva. Entonces aparecía otra, interactuaba con nuestro grupo y volvía a desaparecer para no ser vista nunca más. Esto sucedía de continuo, tal y como Hunbatz Men, en su sabiduría maya, había predicho cuando estuvimos tomando el té juntos en Mérida. Aquella noche, poco después de llegar a nuestro bonito hotel, el cielo se abrió y la lluvia comenzó a caer en auténtico diluvio, respondiendo al anuncio del anciano maya de que «llovería antes de mañana». Miré hacia los cielos, cerré los ojos y di gracias a Dios por su bendición y por aquel segundo reconocimiento hacia nuestras oraciones y nuestra ceremonia. No pude evitar volver a sentir, como ya había hecho con anterioridad, que aquél era el grupo «correcto» para lo que estábamos haciendo. Debíamos llevar a cabo dos ceremonias concretas más antes de regresar a Uxmal y Marida. Pero primero debían tener lugar dos procesos para que nos preparáramos a nosotros mismos, y quizá al mundo, liberando nuestras energías negativas masculinas y femeninas de los últimos miles de años. Aquellos dos «procesos» se parecían bastante a una ceremonia, pero de hecho estaban más cerca de la terapia moderna. Cada miembro del grupo había acudido a Yucatán con graves trastornos emocionales internos asociados con sus energías sexuales. Esto le sucede prácticamente a todas las personas. Para explicarlo de forma breve, cuando los chakras sexual, corazón y pineal —el situado en el centro de la cabeza— están alineados, trabajan juntos como si fuesen uno solo. La falta de alineamiento provoca trastornos emocionales, y estos trastornos emocionales provocan la falta de alineamiento. Había que reequilibrar aquellos trastornos en nuestro grupo antes de que pudiéramos llevar a cabo las dos últimas ceremonias, o seríamos incapaces de terminar nuestro trabajo. Para muchas personas, estos dos procesos, que debían tener lugar tras completar nuestro trabajo en Kohunlich, el templo del tercer ojo, constituyeron las experiencias más sentidas de todas las que vivimos a lo largo de nuestro viaje. La energía se había acumulado de tal manera en Tulum que todos sabíamos que nuestro viaje seguiría desarrollándose de una manera milagrosa que estaba fuera de nuestro control. Sólo la Madre Tierra y los antiguos mayas sabían lo que iba a suceder o a dónde conducía aquello. Y eso es exactamente lo que los mayas actuales nos han estado diciendo a todos. En palabras crípticas nos contaron, en agosto de 2003, que el 15 de diciembre de ese mismo año íbamos a entrar en un nuevo mundo. Y que, mientras tanto, puede que estuviéramos rodeados por el caos. Yo sentí que nuestro viaje por tierras mayas estaba demostrando la naturaleza de este cambio que vamos a experimentar todos nosotros. Pues lo cierto es que nuestro mundo es un sueño, y que su naturaleza onírica se está haciendo cada vez más evidente. De hecho, el Soñador está a punto de despertar y darse cuenta de que está soñando. Y lo que es aún más importante, el propio Sueño de vivir en este planeta puede ser ahora cambiado. ¡Ésa es la clave! Después del 8 de noviembre de 2003, momento en el que se produjo un eclipse total de Luna y una gran conjunción planetaria (el acontecimiento astrológico fue denominado Concordancia Armónica), todos debemos ir lentamente dándonos cuenta de que el Sueño es en realidad «sólo luz e intención». Eso es lo que yo creo, aunque sé que todavía va a tardar un tiempo. El portal hacia la cuarta dimensión comenzará a abrirse de par en par para aquellos que saben. ¿Qué es lo que esto significa? Significa que estamos fuera de tiempo. Debemos asumir la responsabilidad de nuestros pensamientos, sentimientos y emociones. Cada uno de nosotros es el Soñador. Y lo que soñemos se hará real en este mundo. Esto es lo que creen los mayas: a medida que nos acercamos al 21 de diciembre de 2012 y al 19 de febrero de 2013, el poder del Soñador se va haciendo cada vez más fuerte.
Los Mundos Interiores y el Mundo Exterior comenzarán ahora a fundirse en uno solo. Esto lo creen no sólo los mayas, sino también muchos otros grupos y profetas indígenas. Y para crear esta unidad, primero debemos quemar la escoria de la dualidad, la nega-tividad con la que hemos vivido tanto tiempo. De acuerdo con eso, la siguiente fase de nuestro viaje sagrado por tierras mayas parecía ofrecernos un patrón para esta preparación que todos estamos experimentando ahora. En los dos días que tardamos en ir de Tulum a Palenque, todos experimentamos una serie de experiencias y ceremonias que parecían diseñadas para conducirnos a todos al siguiente nivel de ser.
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